Ayer se confirmó un nuevo caso positivo de dengue en la ciudad de Caseros, departamento Uruguay, donde la semana pasada se había confirmado el primero en esa localidad. A este segundo caso positivo se le suman otros dos casos sospechosos que están en estudio y que en las próximas horas se conocerían los resultados.
Mientras la Argentina se prepara para hacer frente a pico de la pandemia del Covid_19, otra enfermedad crece y afecta a los argentinos. Nos referimos al dengue, que ya tiene a miles de contagiados a lo largo y ancho del territorio. Hubo más de 12.000 casos en el último mes.
El Ministerio de Salud de la provincia informó que en Entre Ríos hay 435 casos de dengue. Los tres departamentos con más casos son Paraná (160), Nogoyá (106) y Gualeguaychú (66). Más lejos llega Uruguay, con solamente 10.
Adaptados al frío
Científicos afirman que el mosquito del dengue se adaptó para sobrevivir al frío. Investigadores del Grupo de Mosquitos de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA descubrieron que, en ejemplares de Aedes aegypti de la provincia de Buenos Aires, las hembras desarrollaron una adaptación al clima que, en función de las horas de luz, le indica a los huevos cuándo es el momento indicado para eclosionar.
Se trata de un mecanismo llamado «diapausa» que,
hasta el momento, nunca había sido descripto en esta especie. «En otras
especies de mosquitos, la señal ambiental que determina si los huevos van a
querer eclosionar o no es el fotoperiodo -la cantidad de horas de luz que experimentan
las madres de los huevos-, ya que es un indicador mucho más confiable que
la temperatura, que es fluctuante y podría confundir a los bichos»,
explicó a Agencia CTyS-UNLaM la Doctora Sylvia Fischer, investigadora de
CONICET e integrante del estudio.
En regiones cálidas y tropicales, hábitats del Aedes aegypti por
excelencia, la temperatura parece ser indicador suficiente para que los
huevos del mosquito se conviertan en larva y sigan el ciclo hasta volverse
adultos. Sin embargo, en algunas regiones de nuestro país, esta observación no
parece cumplirse siempre.
Por ejemplo, si en la antesala al invierno se viven
varios días seguidos con más de 12ºC, este contexto podría incitar la eclosión
de los huevos, pero si luego desciende la temperatura, las larvas morirían al
cabo de horas, perdiendo una gran cantidad de futuros adultos en ese
«error de cálculo».
Al parecer, las hembras de Aedes aegypti encontraron, al menos localmente,
una estrategia que esta especie no desarrolló en ninguna otra parte del mundo
-la diapausa- y que al ser divulgada frente a la comunidad científica
internacional causó el asombro de muchos, y cierta resistencia también.
«Muchísima bibliografía científica sostiene que Aedes
aegypti no tiene diapausa, y eso permitió aseverar que el mosquito no iba a
poder franquear determinados límites climáticos», apuntó Fischer, y agregó
que sin embargo, «en Argentina, el vector está avanzando en su
distribución y se lo ha encontrado tanto en el centro de Buenos Aires como
en La Pampa, Mendoza, San Juan, Neuquén y Río Negro».
Si bien el Aedes parece haber encontrado nuevas estrategias contra el frío del
territorio argentino, el mayor reto lo enfrenta cuando los vecinos se organizan
y eliminan los criaderos de sus casas. Frente a eso, aseguraron, no hay
adaptación que valga.