Comenzó el juicio por la muerte de Nahiara Cristo, niña de dos años que falleció tras haber pasado varias semanas de desnutrición y torturas. Los acusados son su padre, Miguel Cristo y quien era su pareja, Yanina Lescano.
La jornada de lunes estuvo signada por 8 testigos propuestos por los fiscales Juan Malvasio y Santiago Brugo, a los que adhirió la querella de Eduardo Gerard. El listado estuvo compuesto por médicos del Hospital Materno Infantil San Roque, como así también profesionales peritos de Tribunales. Las defensas, por su parte, adoptaron una estrategia diferente una de la otra. Miguel Cullen y Patricio Cozzi son los abogados defensores de Yanina Lescano. En su estrategia se buscó encuadrar la situación de su defendida en el marco de violencia de género que la habría inhibido su capacidad de acción en el hogar donde vivía junto a Cristo y Nahiara en el barrio Paraná III. «Pedimos al Tribunal que analice esto desde la perspectiva de género», aseguraron los abogados defensores de Lescano.
Carlos Antico es el abogado de Cristo, principal acusado de los fiscales, y aseguró que la acusación está invertida. Su estrategia busca responsabilizar a Lescano de los vejámenes y el estado de abandono que provocaron la muerte de Nahiara. El Tribunal está presidido por Gervasio Labriola, quien está acompañado por Carolina Castagno y Alejandro Cánepa. Los acusados llegan a juicio por ser apuntados como autores penalmente responsables del homicidio triplemente calificado por el vínculo, ensañamiento y alevosía.
Los testimonios corroboraron las torturas y la desnutrición
Fueron 8 los testimonios de la jornada de lunes. Todos profesionales del San Martín y de Tribunales, quienes aportaron datos en relación a su intervención en los hechos. En primer lugar habló el doctor Walter Luquetti, quien estaba de guardia en el Hospital San Roque cuando Nahiara estuvo internada. Según el médico, Nahiara llegó a terapia intensiva con «quemaduras, hematomas en la zona abdominal, lesiones en la nariz, lesiones en las muñecas».
«No estaba en buen estado, había lesiones de mucho tiempo de evolución y otras más agudas y cercanas. Quemaduras en ambos pies que tenían más de 20 días de evolución», aseguró. Ante la pregunta de los fiscales, Luquetti aseguró que «es imposible que algún adulto no haya podido advertir las heridas» y que además «se veía que era una paciente que estaba desnutrida». Este testimonio fue corroborado por el médico forense Walter Aguirre, quien analizó las fotos de la autopsia -que se reprodujeron sin presencia del público y la prensa- y también mostró los signos de violencia. El médico forense aseguró que Nahiara recibió un golpe muy duro «con un palo o martillo» en los dedos y aseguró que tenía lesiones circulares «posiblemente de quemaduras de cigarrillo».
Además, los testigos también aseguraron que había lastimaduras en las muñecas y que su cuerpo presentaba signos de haber estado inmovilizada y acostada por «más de 7 días». Además, la niña presentaba heridas de quemaduras con un líquido en la zona de los pies. Aguirre aseguró que contabilizó 28 golpes pero que le faltó relevar el 30% del cuerpo de la niña. «El estado general de la niña era de adelgazamiento, la impresión que daba su cabeza tenía un envejecimiento de la piel, pérdida de cabello, fue agredida evidentemente de muchas maneras y a través de un tiempo relativamente prolongado», advirtió para luego asegurar que Nahiara llevabaa un proceso de desnutrición «no menor a tres meses».