Cerca de 14 horas permanecieron «encerrados» en el edificio de Tribunales varios funcionarios judiciales y policiales, como secuela del crimen de la joven Fátima Acevedo, lo que se constituyó en un hecho inédito para toda esta instancia democrática. Sucede que un nutrido grupo de manifestantes se apostaron en las diferentes salidas del edificio judicial para no permitir que se retiren el procurador Jorge García; la adjunta, Cecilia Goyeneche; el fiscal de Género, Leandro Dato y el subjefe de Policía, José Lauman, además de otros funcionarios judiciales, si antes no daban explicaciones a la asamblea autoconvocada.
El colectivo bloqueó los accesos de calle Laprida, Córdoba y Santa Fe e incluso la playa de estacionamiento ubicada sobre esta última arteria. A eso de las 6.15 de ayer, las manifestantes ordenaron levantar las protestas en las puertas de calle Córdoba y Santa Fe, pero seguían atentamente los movimientos para ver si salía alguno de los funcionarios mencionados. «Queremos demostrar que no tenemos a nadie de rehén y si se quieren ir, lo pueden hacer», remarcaron por altavoz.
«Nosotros queremos que nos den explicaciones», habían remarcado una y otra vez, a lo largo de la tarde, noche y madrugada de hoy, pese a la conferencia de prensa que hubo en horas de la tarde del domingo, como así también la comparecencia de Lauman en el acceso principal de Tribunales, lo que le valió los más variados epítetos y escupitajos. Por lo que le sucedió al alto funconario policial, ninguno de los hombres y mujeres de la justicia intentaron enfrentarse a una situación parecida, donde a nadie se dejó hablar y encima fueron duramente cuestionados y repudiados enérgicamente.