Gimnasia ganó en Corrientes tres puntos de oro. Porque logró un triunfo de visitante después de mucho tiempo. Porque se sacó la mufa haciendo goles, algo que tanto le costaba. Porque le empataron el partido y no se achicó. Porque los pibes mostraron un costado revulsivo que tanto necesita el fútbol de Gimnasia. Porque llega el triunfo después de los 3 puntos que volvieron del escritorio y Juventud quedó ahí nomás. Porque con esta goleada, Gimnasia se ilusiona, sueña y recupera algo que parecía perdido: la esperanza.
Hace algunos días se lo escuchó gritar a Diego Maradona, “jugando así nos salvamos… lpm”, bueno, tranquilamente pudo ser el grito de festejo en el vestuario del Lobo, en el calor de la noche correntina. Gimnasia mostró condiciones de un equipo que quiere dejar la mala racha y recuperar la memoria, esa memoria que lo recuerda protagonista del fútbol nacional, representante de Entre Ríos. Todo parece indicar, que el triunfo en Corrientes puede ser el inicio de algo distinto. Llega a tiempo, ahora será necesario demostrar que no fue una noche mágica aislada, y que se puede sostener con resultados en lo que viene.
Gimnasia sabía que este partido era clave. El empujón anímico por la devolución de los 3 puntos tenía que ser ratificada con un triunfo. Era el momento justo para cambiar ese semblante que el fin de semana pasado parecía aplastad a 9 fechas del final con ese penal de Legui que no entró. Pero la historia cambió. Y cambió con goles.
Gimnasia jugó inteligente, esperó bien armado atrás, sin desordenarse y sin pasar demasiados sobresaltos en el primer tiempo, esperaba tener una buena contra, aprovechando la velocidad de los delanteros. Esperar y salir rápido. Con esa fórmula llegó el primer gol del Lobo a los 41 minutos: una salida rápida después de un foul en la mitad de la cancha, la toma Vercellino en el costado derecho y manda un centro preciso a la cabeza de Luis Soto que se desprendió de su marca y con una preciosa palomita metió el frentazo para el primer grito. Gol y desahogo, porque a Gimnasia le venía costando demasiado amigarse con la red.
En el segundo tiempo, de entrada nomás a los 5 minutos un baldazo de agua fría. El Tony Medina toma una pelota en el borde del área, engancha para la derecha y para la izquierda, deja en el camino a su defensor y la pone con una comba justa contra el palo de Lucas De León que se estira pero imposible llegar.
Reacción goleadora
Y aquí apareció lo mejor de Gimnasia, tal vez no tanto por el buen fútbol, sino por la reacción. Cuando parecía que otra vez se venía la noche, el Lobo no se achicó. Siguió esperando bien parado y buscando con lanzamientos rápidos, encontrar y aprovechar los espacios. A los 28’ una pelota que recupera Leonel López la lleva a campo rival y lo ve bien ubicado a Matías Fonseca por lo que mete un cambio de frente justo que Fonseca acomoda y de aire con la pelota volviendo del pique, mete un zapatazo que se clava en el ángulo después de recorrer más de 25 metros. Un golazo y otra vez el Lobo arriba.
Con la ventaja el Lobo siguió jugando igual, como si la desesperación nunca hubiera estado de su lado. Así, a los 36 otra vez una buena recuperación en el medio, una salida rápida para Jara, que la aguantó, se sacó la marca y metió un centro preciso para Fonseca que se la baja de primera a Nicolás Musico que entraba solo en el punto de penal y le dio con alma y vida. Ahí con el juvenil en el césped, emocionado gritando su gol, recién parecía notarse el tamaño del triunfo que se estaba logrando.
Y para romper el maleficio de la falta de eficacia, Kevin Retamar combinó por la derecha, metió otra velocidad y pasó quieta a la defensa correntina para definir cruzado pegado al palo y desahogarse después de una novela que parecía dejarlo afuera del equipo luego de aquella controversia por su pase y su inclusión en el plantel.
Fue 4 a 1, sin atenuantes, un gran triunfo para el sueño de la permanencia del Lobo. Todavía falta que hoy juegue Juventud en Santiago del Estero, pero más allá de la distancia de su salvación, lo más importante es el nuevo aura, el nuevo espíritu de Gimnasia. Tan necesario como tratar bien a la pelota. Tan necesario como meter goles. Tan necesario como ganar los partidos.