Al Millonario se le complicó de entrada con la expulsión infantil de Paulo Díaz, pero asumió el rol de protagonista y logró un 2-0 con goles de Borré y Scocco que le da solidez a su candidatura.
River sumó este domingo otra victoria que lo perfila como el gran candidato a quedarse con la Superliga. Fue por 2-0 en el Monumental sobre un Central Córdoba preocupado por su promedio, en un encuentro que se le complicó con una inesperada expulsión tempranera y que lo obligó a disputar prácticamente todo el trámite con un hombre menos.
Cuando el equipo de Marcelo Gallardo daba sus primeros pasos en el campo de juego, Paulo Díaz reaccionó desmedidamente a un golpe en la nuca de gervasio Núñez, pegó de atrás sin pelota y se ganó la roja de Néstor Pitana.
También hubo lugar para la polémica, cuando Oscar Salomón tomó de la camiseta a Suárez en el área y todo el estadio pidió penal.
Es que, con el correr de los minutos fue el Millonario el que mostró dominio, y logró plasmarlo en el momento justo: a los 47, apenas antes del descanso, Matías Suárez escapó por izquierda y mandó el centro cruzado para que Rafael Santos Borré empujara el balón a la red por el segundo palo.
El complemento fue, para el local, el ámbito para demostrar que su superioridad no se veía afectada por la inferioridad numérica. Suárez tuvo tres chances: en dos se topó con el Ruso Rodríguez y en otra con el travesaño. Del otro lado, solamente intentó Núñez, sin puntería.
Al final, la frutilla del postre fue un golazo del ingresado Ignacio Scocco, quien recibió por el medio y se recostó a la izquierda a fuerza de amagues y hasta un caño, hasta terminar eludiendo hasta al arquero. Un epílogo a la altura de una actuación que invita a soñar a los de Gallardo con su primer torneo local de su exitoso ciclo.