Para la prevención de la salud en los días de mucho calor, tendrá mucha incidencia la buena alimentación y la hidratación. Pero en las Fiestas suele ocurrir todo lo contrario: excesos de calorías y mucho alcohol que provoca efectos contrarios. ¿Cómo cuidarse?
Para el comienzo de la semana navideña el pronóstico del Servicio Meteorológico Nacional ya advierte un importante ascenso de temperatura. Lunes y martes habrá máximas por encima de los 30 grados, lo cual se extenderá hasta el jueves, que podrían llegar las lluvias. Pero estas altas temperaturas, en tiempos de Fiestas, obligan a hacer un pequeño llamado de atención sobre las comidas que se van a preparar.
Los especialistas estiman que durante Navidad y Año Nuevo se puede llegar a consumir lo que se ingiere en cuatro o cinco días comunes. La Prensa Federal deja por aquí algunos consejos para que la comida no se transforme en una “bomba calórica”.
Los festejos de Navidad y Año Nuevo suelen incluir excesos alimentarios debido a las características de los platos típicos de las fechas. Es sabido que por las tradiciones que heredamos de Europa, en donde diciembre es un mes frío, muchas de las comidas, tanto dulces como saladas, cuentan con un gran contenido calórico. Toda una contradicción, porque en verano, debido a las altas temperaturas, se sugiere consumir como carnes magras, vegetales y frutas frescas, con menor densidad calórica.
Bombas calóricas
Es que, estiman los especialistas, durante las cenas de Navidad y Año Nuevo se pueden llegar a consumir hasta unas 10 mil calorías, el equivalente a lo que se ingiere en cuatro o cinco días comunes. Sin embargo, hay formas para reducir tanto el contenido calórico así como para planificar las comidas y volverlas más saludables.
En primer lugar, no hay que pasar el día sin comer para esperar a la cena. Es recomendable tener comidas más livianas durante el día para no llegar con tanta hambre a la noche. La idea es que se coma con moderación, ya que la mesa de Navidad es bastante calórica: El vitel toné, por ejemplo, es un clásico de la mesa navideña. Se hace con peceto y una salsa que incluye anchoas, huevo, mayonesa y crema, entre otros ingredientes, por eso una porción de solo 200 gramos puede llegar a tener 600 calorías. Para adaptarlo se puede usar mayonesa light con queso blanco descremado, la crema se puede reemplazar por queso blanco combinada con leche descremada. Así, en la misma porción, tendremos menos calorías.
La ensalada rusa, otra infaltable de la mesa, también puede hacerse saludable. Una opción es cocinar los vegetales al vapor para conservar las vitaminas y minerales. Para los hipertensos además se recomienda no usar vegetales enlatados y así bajar el consumo de sodio. El lechón se puede reemplazar por un carré, que es más magro; en caso de cocinar carne, usar vacío. Además, se puede hacer pollo, sin piel.
Por último, en cuanto a las bebidas, la recomendación principal es la hidratación con agua. Ayuda a pasar un momento de mucho calor, a eliminar la retención de líquidos y lo que comemos en exceso. Para bajar las calorías se sugiere no comer con bebidas alcohólicas y dejarlas sólo para la hora del brindis.
Golpes de calor
Y para que las Fiestas pasen en paz, durante el día es importante evitar los Golpes de Calor. Durante el verano, es frecuente que niños, niñas y adolescentes participen de actividades recreativas al aire libre, viajes, paseos y juegos en el agua y es importante observar los posibles riesgos asociados a estas actividades para tomar los recaudos necesarios y prevenir lesiones.
Así, entre las recomendaciones generales para la época y para prevención del golpe de calor encontramos: Permanecer en lugares frescos y bien ventilados; usar ropa de algodón; ofrecer líquidos constantemente sin esperar que los chicos lo pidan (agua segura o jugos naturales; NO bebidas azucaradas y con cafeína como bebidas cola) y, en el caso de lactantes, ofrecer el pecho de manera más frecuente.