Los Springboks ganaron agónicamente y sueñan con el tercer Mundial: ganó 16-19 en un partido parejo que se definió en el tramo final. Ahora, definirán al campeón del mundo ovalado el próximo sábado contra Inglaterra.
El pitazo inicial del francés Jerome Garcés y la salida para Sudáfrica encontró a Ross Moriarty bien parado y desde ahí Gales buscó salir, pero sin sacar la pelota afuera -lo uso como recurso para no sufrir el line y maul de Sudáfrica- . Así llegó el primer scrum, que tardó en poder formarse y con él, el equipo de Rassie Erasmus fue a fondo a presionar. El juego con el pie marcaron el trámite del partido, y a los 14, Handre Pollard mediante un penal puso el 3 a 0 con una buena ejecución. La respuesta galesa llegó en la jugada siguiente, con otro penal que esta vez Dan Biggar, a los 17 minutos y desde la esquina izquierda acertó, para poner el 3 a 3 parcial. Minutos después Sudáfrica sacó una leve ventaja tras la infracción galesa, con otro penal de Pollard que puso el 6 a 3. El partido era chato y desordenado, nadie arriesgaba y solo sumaban a través de los penales. En media hora de juego, Sudáfrica intentaba llegar al try. Dominaba y jugaba en campo galés, pero sin sorpresas. Esperaba su momento para hacerle daño a un rival que solo defendía los ataques verdes como podía, pero no lo inquietaba. Las infracciones eran aprovechadas al máximo por los pateadores. A los 34, Pollard nuevamente sumó de a tres y puso el 9 a 3 para Sudáfrica. Un minuto después se lesionó el pilar Tom Francis y lo reemplazó Dillon Lewis. Ahí sí, los galeses fueron a buscar por primera vez en campo contrario e inquietaron a los verdes que defendían fiel a su libreto, pero esta vez con otro penal; que Dan Biggar a un minuto del final aprovechó para acercarse y dejar el partido 9 a 6. Un nuevo lesionado en Gales, antes de terminar la primera mitad, esta vez George North fue reemplazado por Owen Watkin, en una semifinal que fue la contracara de la jugada ayer, con muy poco para destacar y solo los kicks de los infalibles pateadores para el resultado parcial al término de la primera parte favorable a Sudáfrica, que si bien intentó más, no pudo llegar al try. Un muy buen kick de Pollard dejó a Sudáfrica con chances en el arranque del segundo tiempo, pero la jugada no prosperó y en la siguiente Gales fue quien consiguió con otro penal de Dan Biggar, y su afiladísima puntería, la igualdad en 9 tantos a los cinco minutos. Ninguno de los dos se decidía a buscar la ventaja definitiva, el partido era aburrido y los dos esperaban el error del rival para conseguir la diferencia. Muy poco para ser la semifinal de un torneo mundialista. Erasmus fue por más y cambió a toda su primera línea antes de cumplirse los 10 minutos en busca de hacer prevalecer su scrum para sacar la ventaja con el line y maul que tanto resultado le había dado en el torneo. Gatland seguía fiel a su libreto no dejando agrandar a Sudáfrica y confiando en el pie de Biggar. Pero apareció Damian de Allende – uno de los mejores jugadores del torneo – y apoyó el primer try a los 17 minutos y Pollard con su conversión dejó las cosas 16 a 9 para abrir de esa forma el partido. Ahora si Gales debería ir a buscar y por fin el match sería otro. Y así fue. El equipo de Gatland apretó el acelerador y Sudáfrica se dedicó a defender su ingoal, hasta que a los 25 minutos contra todos los pronósticos los dragones rojos prefirieron jugar un scrum en vez de patear a los postes para achicar. Y falló Sudáfrica en la marca. Y Jonatan Devies apareció para cederle el balón a Josh Adams y el wing apoyó – sexto try en el torneo- . La conversión ahora de Halfpenny, que reemplazó a Biggar, puso nuevamente la igualdad en el resultado, ahora en 16 tantos por bando. Restaban quince por jugarse y los nervios de uno y otro hacían que el partido estuviera para cualquiera. Un error podía cambiar la historia y ninguno quería arriesgar más de la cuenta. Cada posesión valía oro y estaba claro que el que consiguiera la primera diferencia tendría gran parte del pasaje a la final asegurada. Y llegó el error de Gales y el penal que buscaba Sudáfrica. Así, a cinco minutos del final Handre Pollard desde más de treinta metros y una posición esquinada puso el 19 a 16 que resultó definitivo. Los últimos minutos tuvieron el intento de Gales por tratar de ir en busca del empate ante un Sudáfrica que ya se sentía ganador, jugó fiel a su libreto y consiguió el resultado que buscaba. Ganó Sudáfrica y ahora reeditará la final que se jugó en el 2007. Hoy ganó el que más lo buscó, aunque seguramente deberá mejorar mucho su rendimiento ante Inglaterra si quiere quedarse con la copa. Por el lado de Gales, Gatland se despedirá sin poder acceder a la final, con una gran campaña a cargo de su equipo con el que deberá jugar por el tercer puesto ante Nueva Zelanda en el partido que será la despedida del entrenador que desde el 2008 condujo los destinos de los Dragones.