La joven de 20 años, condenada a perpetua por el crimen de Fernando Pastorizzo, volvió a su celda tras el castigo por las fotos que subió a las redes sociales.
«Sólo tuve tiempo para pensar, me costó dormir y ni soñé», dijo. En su descargo ante las autoridades penitenciarias, Nahir Galarza tuvo que reconocer que se había equivocado. Que no había respetado las reglas de encierro. Una de ellas: no tener celular y, mucho menos, sacarse fotos y publicarlas en su muro de Facebook. La joven fue sancionada después de que subiera con un celular fotos suyas junto a Yanina Lescano bajo el título «Cumpliendo la maldita condena». Por el episodio del celular, Nahir fue sancionada con 10 días de calabozo. Pero su abogado logró que el castigo se redujera a la mitad a partir de los pedidos de disculpas de la joven condenada a perpetua por el crimen de Fernando Pastorizzo, a quien mató de dos balazos con la pistola 9 milímetros de su padre el 29 de diciembre de 2017. «La pasé mal, pero no me quedó otra que soportar ese encierro, de un lugar muy chiquito, oscuro, que abrían dos veces por día. A diferencia de la celda, donde me entretengo o hablo con mis compañeras, en el calabozo sólo tuve tiempo para pensar, me costó dormir y ni soñé», le contó Nahir a una compañera. Un allegado le dijo a un medio de la capital : «Ahora que está en la celda otra vez, le volvió el alma al cuerpo. Es más, ella no lo dice porque no quiere quedar como víctima, pero el primer día la tuvieron sin comida. Y el lugar era de un metro por dos metros, algo así. Creo que le tienen bronca porque todo lo que hace trasciende y quisieron darle un castigo ejemplar, pero por más que no se pueda tener un celular, tantos días en un calabozo es demasiado».