Luego de perder cuatro veces en ediciones anteriores, el actor logró llevarse la estatuilla por su actuación en El Renacido. La victoria más esperada.
En la previa y durante la 88va edición de los premios Oscars, una de las inquietudes más grandes entre los amantes del cine era saber si finalmente Leonardo Di Caprio podría llevarse a su casa una de las preciadas estatuillas, y lo logró.
Su participación en Revenant: El renacido, la película con la mayor cantidad de nominaciones (doce, para ser exacto) lo encasillaba como uno de los favoritos pero el pasado condenaba a Di Caprio. Ya había sido nominado cuatro veces anteriormente y las cuatro perdió.
En 1994, cuando el actor tenía tan solo 22 años, fue nominado por ¿A quién ama Gilbert Grape?. Si bien en aquella película su actuación era destacable, fue Tommy Lee Jones quien se quedó con el Oscar. Todos elogiaron al actor ganador y justificaron en aquel entonces la derrota de Di Caprio por su breve carrera.
En 1997 llegó Titanic, pero esa vez ni siquiera apareció entre los nominados. Lo mismo pasó con El hombre de la máscara de hierro, Atrápame si puedes y Gangs of New York.
Fue recién con El aviador (2004) que volvió a estar a un paso de la estatuilla, pero la actuación de Jamie Foxx interpretando a Ray Charles en Ray tuvo mayor impacto en los votantes de la Academia.
Su próxima película, Diamante de sangre, le volvió a garantizar estar entre los mejores actores. Seguramente creía que “la tercera es la vencida”, pero otra vez la suerte le jugó en contra y fue Forest Whitaker (El último rey de Escocia) quien resultó victorioso.
Leonardo no se rindió y continuó su carrera con titulos como Los Infiltrados, La isla siniestra, Inception, Django sin cadenas pero tampoco fue ternado. La cuarta nominación llegó con El lobo de Wall Street (2013), con el que cosechó premios como el Critics’ Choice Awards o el Globo de Oro y donde la crítica lo elegió por completo. Todo estaba dado una vez más para que Di Caprio gane pero Matthew McConaughey, quien bajó 23 kilos para Dallas Buyers Club, le quitó el premio casi de las manos.
Finalmente, este año, con la última edición de los Oscars, se cumplió su sueño. Su interpretación de Hugh Glass, un explorador conocido por sus hazañas en el oeste de Estados Unidos durante el primer tercio del siglo XIX, lo puso entre los mejores actores nuevamente y ganó.
Hay quienes consideraban que Eddie Redmayne (La chica danesa) merecía ese premio (interpretó en un doble rol a la primer persona que se realizó una operación de cambio de sexo), pero el actor ya lo ganó el año pasado con La teoría del todo. Todo indicaba que este era el año de Leo, y lo fue. Felicitaciones.
Por: Hernán Soto | @hernangsoto