Por primera vez en mucho tiempo, la ceremonia de la Academia de Hollywood no posee un claro candidato principal. El mayor duelo será entre En primera plana, La gran apuesta y El renacido. Di Caprio ganaría como mejor actor.
Habrá un elefante enorme en el Dolby Theatre en esta noche de la 88ª edición de los Oscar (se puede ver por TNT en Argentina). Estará, especialmente, en el presentador que vuelve, Chris Rock, el cómico más inteligente de Estados Unidos hoy.
Un total de 57 películas nominadas ha generado un problema con hashtag: #OscarSoWhite. Los Oscar tan blancos. En ninguna de las categorías que nos importan realmente (ésas donde suben los millonarios más lindos del mundo e incluso Iñárritu a buscar premios), hay nominados de color. La polémica estalló en el anuncio, y la expectativa para ver cómo los productores del show visto por 37,3 millones de espectadores (el año pasado, e implicaba una caída del 15% del total de la audiencia y se sabe este año habrá 20% menos de espectadores de color) enfrentan el dilema tratando de no manchar a los 6.261 integrantes de la Academia.
Aunque los 30 segundos de publicidad sigan costando 2 millones de dólares y la Academia se alce con 110 millones de dólares entre derechos de televisación y otros negocios adyacentes, Hollywood se juega bastante en esta ceremonia. Hacía rato que no se sentía esa presión que se ha ido acumulando con el anuncio de Will Smith de no asistir a la ceremonia, más la queja de la actriz Jada Pinkett Smith y la protesta de Spike Lee (que recibió un Oscar honorario el año pasado). Ni hablar de la presencia de manifestantes en la puerta de eventos organizados por la Academia como el almuerzo en homenaje a los nominados. Por lo pronto, la Academia está intentando reformular su cantidad de integrantes y su diversidad para así evitarse la polémica #OhTanBlanca, pero por ahora sólo queda enfrentar la mirada en extremo políticamente correcta que sufrirá Rock, de quien se espera, por ser de color, que enfrente directamente la ausencia de las mentadas nominaciones.
Más allá del “escándalo” inicial, la mayoría de los presentadores a quienes se les pidió ser parte del show dijeron que sí, desterrando la idea del boicot que pareció prevalecer (como dijo un publicista anónimo a Entertainment Weekly: “Son los Oscar. ¿Quién se va a perder esa publicidad?”, al mismo tiempo que aseguró que muchos actores y actrices buscaran consejos de especialistas en marketing para enfrentar preguntas sobre el asunto en la alfombra roja). Claro que hay varios nombres de color en la lista, e incluso si así no lo fuera, se lee como un parche precario. Por lo pronto, el cómico Kevin Hart, Quincy Jones, John Legend, Julianne Moore, Tina Fey, Benicio Del Toro, Ryan Gosling y Whoopi Goldberg serán parte de los presentadores invitados.
Los shows musicales vendrán de la mano de Lady Gaga, Sam Smith, The Weeknd y Dave Grohl, una aparición que se anunció hace poco y al parecer será el homenaje de los Oscar a David Bowie (es más, ese anuncio vino acompañado de la suspensión de dos presentaciones de canciones nominadas, un clásico, de parte de Antony Hegarthy y Sumi Jo).
Por el lado de los premios, se habla de la ceremonia más impredecible en años. Pero la referencia tiene que ver puntualmente con la poca distancia entre dos competidores en las categorías principales. En película, por ejemplo, La gran apuesta, la denuncia canchera de Adam McKay, le pelea mano a mano a En primera plana, el drama periodístico de Tom McCarhty. Y descartados quedaron los “autores” (de Spielberg al director indie de La habitación). En actor es claro: Leo DiCaprio, por su clase de educación física en El renacido, con 12 nominaciones, dirigida por Alejandro González Iñárritu (candidato a mejor director), finalmente se alzará con el Oscar. La gran perdedora de la noche puede ser la sorpresa: Mad Max, que con 10 nominaciones puede que no se lleve ninguno de los premios principales. En actriz, pocos dudan que Alison Brie ganará por La habitación. La presencia argentina se da en la coproducción de Colombia nominada a película extranjera, El abrazo de la serpiente. Por lo pronto, la tensión esta noche estará lejos del “El Oscar va para…” y cerca de ver quién y cómo lo dice.