El decano de la Facultad de Ciencias Agropecuarias de la UNER, Pedro Barbagelata, consideró que el decreto del gobierno que reglamenta el uso de plaguicidas en Entre Ríos “es un avance” y destacó el “rol protagónico que asume la provincia” en el control de su aplicación.
De este modo, el académico se refirió al decreto Nº 2239/ 19, que firmó el gobernador Gustavo Bordet, por el cual se implementa un sistema de controles para la aplicación de plaguicidas en la provincia de Entre Ríos, en los inmuebles cercanos a escuelas rurales.
«Nosotros hemos estado involucrados, discutiendo esto; el gobierno nos ha convocado en varias oportunidades junto con otras instituciones como el INTA, otras universidades y algunos sectores de la producción», subrayó Barbagelata.
Para el académico, «este decreto es un avance; había legislación al respecto ya y creo que esto la complementa, porque especifica algunas cuestiones que son importantes respecto a las zonas de exclusión y de restricción y respecto a los tipos de productos que se pueden utilizar».
Asimismo, destacó que el hecho de que a partir de este decreto «la provincia asume un rol más protagónico, que es lo que se viene pidiendo desde distintos sectores de la producción y nosotros también valoramos eso desde la universidad, en el sentido de ejercer un mayor control”.
Al respecto, hizo notar que “este decreto habla mucho de lo que es el control de la habilitación de la maquinaria; la capacitación de los aplicadores; el control por parte de los ingenieros agrónomos de que haya una receta válida para la aplicación; y el control de las condiciones en que se realiza la práctica, que son básicamente las cuestiones que pueden llegar a generar problemas cuando se hacen mal».
Además, agregó, «en última instancia, cuando no se cumplan todas estas etapas, la provincia ejercerá efectivamente el poder de policía que tiene para castigar estos casos».
Luego, valoró que «también ha habido un avance en esta reglamentación en cuanto al tipo de productos que se pueden usar. Asimismo, la norma habla de una zona de restricción; hay una zona de exclusión donde no se puede hacer aplicación de productos fitosanitarios; y después, afuera de esa zona de exclusión, una zona de restricción en donde sólo se pueden aplicar productos de muy baja o sin toxicidad; o sea lo que se conoce como productos bandas verdes, según la clasificación que hace el Senasa». “Otra cuestión que la provincia ha remarcado es el tema de un nuevo reempadronamiento de las máquinas para que estén habilitadas y en condiciones de hacer un trabajo adecuado”, dijo el ingeniero, al tiempo que indicó que “todo está muy bien en la medida en que se ejerza un efectivo control”.