Muchas personas disfrutan de la compañía de una mascota y no tomarían en consideración ni por un momento la posibilidad de deshacerse de su perro o gato, que a menudo es considerado uno más de la familia. Sin embargo, la convivencia entre personas y animales no siempre es un éxito y en algunos casos la relación fracasa. Y si para un dueño puede ser tomar la decisión de abandonar a una mascota, para el animal, el abandono es el comienzo de un camino muy difícil que tiene un final feliz en forma de adopción solo en no tan muchos casos. El resto de esos animales o terminan en un hogar de tránsito, en el mejor de los casos, o abandonados a la buena de Dios, o sea, en la calle.
Pero, ¿por qué tantos perros y gatos tienen que pasar por este trance? Es lícito preguntarlo, sobre todo teniendo en cuenta los numerosos beneficios que las mascotas aportan al bienestar físico y mental de las personas y la expectativa de muchos futuros propietarios de que su perro o gato se convertirá en un fiel compañero de vida y en un amigo. Además, la respuesta a esta pregunta representa el primer paso para planear medidas que ayuden a reducir o erradicar el abandono de los animales de compañía.
Según estudio realizado, los principales motivos de abandono de perros y gatos han sido las camadas inesperadas, los cambios de domicilio, los factores económicos, la pérdida de interés por el animal y el comportamiento problemático de la mascota, entre otros, pero el más desalmado de todos ellos es el de considerar a ese ser meramente como un objeto que puede ser descartado cuando se le plazca. Por esto, si está valorando la posibilidad de adoptar una mascota y quiere sentar las bases de una relación larga y feliz, no perdamos de vista este decálogo:
1.La decisión de tener un animal se debe tomar en familia, repartiendo las diferentes tareas y responsabilidades entre todos los miembros de la misma. 2.Informarnos y decidir qué tipo de animal es el que mejor se adapta a nuestras necesidades, gustos, estilo de vida y tamaño del hogar: perro, gato, u otro tipo de mascota; macho o hembra; cachorro o adulto; en el caso de perros, tamaño pequeño, mediano o grande. 3.Enseñar al animal, sobre todo en el caso de los perros, las órdenes básicas de adiestramiento. De esta manera, la convivencia será más fácil y disfrutaremos mucho más de la compañía de nuestro animal. 4. Pedir consejo al veterinario acerca de la esterilización para ejercer no sólo una tenencia responsable sino también una «paternidad responsable», y evitar de esta manera camadas no deseadas.
Ejemplo de lo que estamos hablando en este artículo es “Coco” – gato adulto – el cual sufrió dos abandonos, el primero por parte de sus originales dueños, pues lo encontramos en el ex Antirrábico municipal tirado, y el segundo fue por esa segunda “ama” que lo tuvo por dos días, y, como no le gustó y le incomodó la deficiencia que él tiene en sus patitas traseras, nos lo devolvió. Esos son ejemplos de uno de esos peores castigos que podemos ejercer hacia un animal. Mirarlo como un objeto y si no os gusta, o ya no “sirve”, lo desechamos. Pero, por suerte hay corazones que contrarrestan estas acciones, el de las muchas rescatistas, proteccionistas y almas que dan tránsito, adoptantes. Todos ellos tratan de mitigar esta realidad, ocupándose y preocupándose por ellos así que vale el ¡Muchas gracias “Colo” por darle ese cariño de tránsito a “Coco”! Sentimiento que en dos veces le han despojado.-