Un padre que golpeó a un docente del colegio José María Bértora de Gualeguaychú por dar una clase de Educación Sexual Integral (ESI) fue sancionado este lunes a dos años de trabajo comunitario y medidas restrictivas de acercamiento. El 21 de noviembre pasado, el profesor Ezequiel Parrilla dictaba su clase de música en el colegio José María Bértora de Gualeguaychú, cuando una alumna se negó a seguir participando del trabajo que se llevaba a cabo en el aula en el marco de la Educación Sexual Integral (ESI), tras haber visto junto al grupo la película “Plegarias para Bobby”.
La menor tuvo una fuerte crisis que sus compañeros trataron de calmar y, junto al profesor, le impedían que se retirara del aula en esas condiciones, aclarándole además que sólo podría irse si sus padres o tutores la iban a buscar, debido a que estaba bajo la responsabilidad del colegio. Desde la institución se comunicaron con la familia de la adolescente y, minutos después, llegó el padre. El hombre se dirigió inmediatamente al aula y sorprendió al profesor con un golpe de puño que lo hizo trastabillar y caer al piso.
A partir de allí se realizó la denuncia por todo lo ocurrido y la fiscal Natalia Bartolo llevó adelante la investigación para elevar la causa a juicio. El hombre denunciado por violencia, de apellido Leguizamón, estuvo acompañado por su abogado Víctor Rebossio en la audiencia de remisión a juicio realizada este lunes por la mañana.
Por el tipo de delito, con lesiones leves y penas excarcelables, existe la posibilidad de la “suspensión del juicio a prueba”, por lo que la defensa del acusado, ejercida por el abogado Víctor Rebossio, había solicitado y acordado una probation de un año, con 8 horas mensuales de tareas comunitarias en una institución.
La fiscal y el abogado del colegio, Ricardo Luciano, se opusieron y solicitaron al juez Telenta que, en caso de otorgar esta probation, la misma fuera por dos años, en los que también el acusado tuviera medidas restrictivas de acercamiento al profesor y a la institución, no sólo en su edificio, sino también en cualquier tarea o actividad que el colegio realice fuera del mismo.
El juez hizo lugar a este pedido, por lo que el padre agresor deberá cumplir dos años de tareas comunitarias en lugar a designar por la oficina de probation y deberá mantener las distancias solicitadas.