Sansón es el fiel ejemplo de ser que es utilizado para “Ganarse el pan”, como dice uno de nuestros máximes mandatarios. Mismo mandatario que niega la palabra de su jerarquía municipal en el mismo momento que nuestro intendente lanzaba un Decreto de – casi – protección para algunos equinos o sea los menos contemplados por el maltrato, los caballos sueltos. Ejecutivo que si desoye las palabras de su superior, que nos espera si su fórmula gana en las próximas elecciones.
Ganarse el pan significa salir temprano a recorrer las calles de nuestra ciudad haciendo el esfuerzo supremo para llevar un pesado legado de trabajo forzado, significa también transitar el asfalto desprotegido con leyes que irónicamente existen para que no lo hagan en nuestro pueblo, es caminar por calles transitadas donde curiosamente tendrían que estar resguardadas pensando también en él puesto que existen decretos que amparan su protección. Sansón – llamado así por su promesa de fortaleza – como otros ochenta caballos poco valen no solo por la mayoría de los carreros que lo utilizan sino que también no es contemplado por un poder que se vale de eufemismos a la hora de pensar que los que se ganan el pan son los que lo manejan y no los que hacen el esfuerzo por llevarlos.
Este joven caballos – pues es un potrillo de tan solo casi dos años de edad – fue utilizado y desechado por sus seudos dueños; fue abandonado a la buena de Dios en un descampado, esperando que el calor extremo y la muerte hagan su trabajo. Ganarse el pan a costa de un animal – objeto, puesto que su vida es desecho cuando ya no sirve más para eso de, ganarse el pan. Cuesta mucho mantener un caballos, nosotros lo estamos sabiendo.
“Sansón” fue rescatado por el grupo de Ayuda Animal Equino – grupo de trabajo y de acción que dedican el tiempo que no tienen en brindar la atención que él necesita, de cualquier equino que lo requiera y llegue a nuestra Asociación. Fue salvado de una deshidratación, de la hambruna que literalmente nació con él, de un estado deplorable en donde no se admite ver un animal así, verlo y no apiadarse del que se gana el pan a costa de su vida. Marcas, cicatrices en sus vasos de herraduras mal clavadas, señales de una cincha de carro infectada, ojos que demostraban dolor. En tan solo un mes de sus cortos años, lejos de ganarse el pan, él se recupera gracias a los cuidados del Dr. Venere y la Dra. Dieguez y de un equipo que está involucrado no solo por la dedicación sino también por el amor y el respeto por estos nobles animales.
Ganarse el pan, necesitamos funcionarios más empáticos por la vida de seres indefensos. “Los animales no votan”, muchas voces decretan esto. ¿Puede ser que el discurso de nuestros políticos sea tan mediocre y literal que tengan en cuenta esta sentencia y no accionen? El no dedicar miramientos a esta problemática carrera es no respetar la vida de nadie: ni del animal, ni de ese hombre y familia que maneja el carro, ni de los transeúntes y automovilistas. Claro que ellos no votan, pero si el colectivo de ciudadanos que observa el pasar de esos carros tirado por estos tantos Sansón. Somos los que tenemos recordarlos a la hora de elegir y hacerlo por esas voces y sufrimientos que no se escuchan.
Estamos esperando que nuestro Estado municipal tome verdaderas y concretas cartas en este asunto; que apliquen las ordenanzas, decretos, leyes proteccionistas. ¿O están esperando patear la pelota para después de esas elecciones? Basta de incumplir reuniones para el bien de ellos, basta de seudos discursos que no tienen fundamentos. Basta de mentir
Desde nuestra agrupación hemos hecho un proyecto de ordenanza, hemos formado una Asociación Civil, establecemos canales de comunicación sordos pues no quieren escuchar, hemos formado un núcleo de acción y de denuncia que se ha fortalecido y lo sigue haciendo…. En tan solo un año y medio hemos logrado todo esto ¿ Y el Estado municipal, que ha hecho?
BASTA DE TRACCION A SANGRE EN NUESTRA CIUDAD! Eso es lo que necesitamos.-