Ezequiel Martínez atraviesa su tercer año en Parque Sur y va mostrando un sentido de pertenencia para los colores que defiende. Se lo ganó con buenos rendimientos, entre otras cosas. Gori es ese pibe que nació en la correntina ciudad de Goya y se crió en la localidad chaqueña de General Pinedo, donde a los 11 empezó a jugar al básquetbol. Acunó sus días el blanco algodón y el dorado grano del cereal viviente, reza el himno a la ciudad que lo vio caminar en aquellas calles polvorientas.
No olvida su nacimiento en Corrientes pese a que vivió allí apenas unos meses y menos su crecimiento en Pinedo, pequeña localidad al límite con Santiago del Estero. Esas cosas acentúan el acento y graban la identidad. Referirse a mi club al recordar a Pinedo Central es no olvidarse del lugar donde se aprende.
El deporte lo llevó lejos de casa, como le pasó a su padre con el básquetbol. Su esfuerzo y sus actuaciones lo dejaron en Parque Sur, al que llegó con apenas 20 años, y hoy asume esa cuestión de pertenencia de dejar el corazón en el Gigante como un sureño más.
Ezequiel Martínez supo de chico que quería jugar al básquetbol profesional y eso indica que cuando tus amigos del barrio recién disfrutan de las primeras luces de los boliches, uno tiene que armar las valijas con 16 años, darle un abrazo al viejo y un beso a la vieja y marcharse. A los 16 dejó Pinedo para arribar a Sarmiento de Resistencia. Y a los 18 se sumó a UNCAUS de Roque Sáenz Peña para jugar TNA. Tras dos años, René Richard observó los videos y lo eligió.
Gori Martínez sumó puntos importantes en los últimos juegos donde el equipo necesitaba quebrar un mal comienzo de temporada. Y fue el goleador de la noche en el último triunfo del Gigante ante Rivadavia de Mendoza. “Necesitábamos estas dos victorias y creo que por lo duro que trabajamos toda la temporada no merecíamos estar ahí abajo”, sostiene.
Esa humildad de pibe del interior que alguna vez marcamos en su primera temporada en La Liga Argentina también le ayudó a crecer en nuestra ciudad: “Los puntos sirvieron para ganar. Me estoy sintiendo con un poco más de confianza en mí mismo. Venía un poco bajoneado por cómo venía el equipo, por cosas del día a día. Por suerte se está levantando”, contesta hablando con nosotros tras su última actuación.
El triunfo ante Viedma cambió los ánimos: “Fue un partidazo. Ganarle al puntero nos terminó de levantar, era el pasito que nos faltaba”, confiesa Gori.
Ante Rivadavia de Mendoza se jugó ante una humedad irrespirable. Pero Gori tiene veranos entre Chaco y Corrientes: “Estaba muy pesado y por la humedad nos costó mucho hacer pie. En el segundo tiempo nos sentimos mejor. Hasta el tercer cuarto fue duro, creo que el tercero fue la clave nuestra porque nos venía costando en los juegos anteriores el tercer parcial. Esta vez lo mantuvimos y en el último sacamos la diferencia para ganarlo”, declara.
Parque Sur visitará el sábado a Platense y el lunes a Gimnasia. Pero el dato es que de los próximos 6 partidos, 5 serán afuera donde el equipo aún no ganó: “Nos dieron mucha confianza estas dos victorias. Esperemos empezar a subir. Estamos mal de visitante, no podemos ganar. Es como el tercer cuarto, no sé qué pasa pero vamos a dejar todo para modificarlo. Ojalá podamos traer aunque sea un triunfo de Buenos Aires de estos dos partidos que se vienen”, concluyó un Gori ilusionado.
Hoy surges gallardo, con triunfal grito. No bajes los brazos, perdura en la lucha. Ahí va Ezequiel Martínez, creciendo, al ritmo de aquel Pinedo que le enseñó.