Con la llegada del calor y ahora las inundaciones, las yararás se han convertido en uno de los peligros que ha traído el agua.
Este tipo de reptiles tiene hábitos crepusculares y nocturnos lo cual sumado, al aumento de la temperatura y esta inclemencia que nos azota a la región pueden provocar más encuentros inoportunos y peligrosos. Los animales son los primeros expuestos a ellos.
En caso de los humanos ante la mordedura de esta serpiente se recomienda dirigirse al hospital más cercano, allí cuentan con suero antiofídico. Si se trata de esta especie, el tiempo del que se dispone para aplicarlo es de 12 horas. Pero hay que asistir de urgencia a un centro asistencial para tener tiempo para conseguir el suero, ya que, si la persona se encuentra en una zona retirada, puede demorar en llegar. Lo mismo ocurre con su mascota o animal.
Si una víbora muerde a nuestro perro depositará en él las toxinas venenosas de las que está provista. La zona donde ha sido mordido (normalmente paras, hocico o cuello), comenzará a inflamarse pudiendo provocar la asfixia (si se trata del hocico / morro). Esta toxina se distribuirá por todo el cuerpo mediante el torrente sanguíneo, provocando graves inflamaciones y daños en los órganos internos de nuestro perro (principalmente riñones)
Aunque cueste realizarlo…. lo primero que debemos hacer es conservar la calma. Es fundamental examinar al perro y localizar la mordedura, que será claramente distinguible por presentar dos orificios de entrada y posiblemente un poco de sangre (aunque no siempre se aprecia sangre). Es fundamental realizar esta tarea para verificar que ha sido una víbora la causante de la picadura y no un insecto (abeja, avispa, etc).
Si disponemos de agua y jabón a mano, debemos lavar la herida pero sin frotar, solo superficialmente. Es también muy importante detener toda actividad física del perro, evitando así que su corazón lata deprisa, con ello evitaremos que las toxinas se desplacen rápidamente por el torrente sanguíneo.
Siempre que sea posible y con mucha precaución, debemos intentar localizar a la víbora que ha mordido a nuestro perro y sacarle una foto con el móvil para llevarla junto con el perro al veterinario. Mucha precaución ya que la mordedura de víboras en humanos es también muy peligrosa, provocando grandes daños o incluso necesitando la amputación de la zona afectada.
Lo siguiente que haremos, es acudir al veterinario con total urgencia (sin demora, pero sin perder la calma, no queremos sufrir un accidente). El veterinario administrará a nuestro perro el tratamiento correspondiente, que normalmente consta de anti-inflamatorios (corticoides), antibiótico y grandes cantidades de suero mediante una vía.
Las picaduras de víboras producen grandes inflamaciones, es por ello que se administran anti-inflamatorios, también antibióticos para prevenir infecciones. La administración de grandes cantidades de suero se aplica para que el riñón trabaje constantemente y diluir las posibles toxinas del torrente sanguíneo, evitan así que los órganos internos sufran daños.
Pero el primer paso de toda acción es la no subestimación, muchos dueños de perros suponen que no es de gravedad, que se le pasará enseguida, pero las hemorragias son tan intensas que en poco tiempo nuestro perro puede morir desangrado antes que el veneno actúe. Por eso, acudamos a un veterinario lo antes posible o comuníquese a nuestra página para conseguir el suero antiofídico. NO LO DUDE!!!