Detenido en Entre Ríos un joven mula, de nacionalidad paraguaya, confesó que aceptó el encargo, por 1.000 dólares.
Un joven paraguayo de 19 años, con una pequeña hija a su cargo, aceptó 1.000 dólares para transportar un bolso con droga desde su país hasta Córdoba. Al transitar por Entre Ríos, Gendarmería lo descubrió en un control vehicular. El procedimiento se realizó el 27 de septiembre de 2018, a las 6, cuando personal de la fuerza federal emplazado en La Picada, sobre la ruta nacional Nº 12, realizaba un control vehicular. Interceptaron la marcha de un ómnibus de la empresa Flecha Bus procedente de la ciudad de Formosa con destino final la ciudad de Santa Fe. Durante el control del equipaje cargado en la bodega del micro constataron que había 30 envoltorios de diferentes tamaños, con forma de ladrillos, envueltos en papel film y ocultos entre 17 banquetas plásticas apilables. Se trataba de marihuana y pesó más de 12 kilos. Luego, los uniformados comprobaron que dicho equipaje portaba troqueles identificatorios vinculados a los tickets emitidos a nombre de Marcos Aurelio Miranda Oliveira, quien iba en el asiento Nº 9. De este modo, por disposición del Juzgado Federal de Paraná, el joven quedó detenido. Además, se le secuestró dinero en efectivo: 22.600 pesos guaraníes, y 635 pesos argentinos. La pericia sobre la droga arrojó que tenía una alta concentración promedio de THC, suficientes para obtener más de 104.025 dosis umbrales. El caso fue elevado rápidamente al Tribunal Oral Federal de Paraná, donde se resolvió mediante un acuerdo de juicio abreviado entre el fiscal general José Ignacio Candioti, y el imputado, asistido por la defensora pública oficial, Noelia Quiroga. Miranda Oliveira reconoció su responsabilidad en el hecho y aceptó cumplir la pena de cuatro años de prisión. En la sentencia, la presidenta del tribunal, Lilia Carnero, sostuvo que «está acreditado que el sujeto activo del delito sabía que transportaba el estupefaciente para propagarlo dentro de nuestro país, desplazándose desde el país de su residencia hasta la ciudad de Córdoba, donde debía entregar el cargamento. Según lo manifestado por Miranda Oliveira en la audiencia, el encargo se lo había hecho un familiar en Paraguay. También explicó que por tal fajina le pagarían 1.000 dólares». Además, en el fallo se planteó que el joven «se mostró arrepentido manifestando en todo momento que el transporte lo hizo por necesidad; pues el bazar familiar donde él trabajaba estaba pasando un momento económico desfavorable, además dijo que cumple con todos los reglamentos carcelarios, que desea estudiar para encarar la vida libre siendo útil a su familia, y desea tener una buena vida junto a su niña». El imputado «justificó su accionar en problemas económicos rayanos en la miseria. Además, cabe resaltar que no pertenece a una organización dedicada al tráfico de drogas, no cuenta con capacidad operativa, técnica y/o económica. Por el contrario, se trata de un joven que operaba como ‘mula’, reclutado por los verdaderos empresarios del comercio ilícito de franjas humildes y vulnerables de la comunidad, es un trabajador informal, sin ningún bien que haga presumir un patrimonio conteste con una erogación económica importante».