Eric Luna, el bonaerense de 26 años que fue detenido el lunes arriba de un remis que abordó tras asaltar a un joven en su casa de calle Paraguay, permanecerá alojado 20 días en la Jefatura Departamental. El fiscal Martín Scattini planea llevarlo a juicio por robo agravado en muy poco tiempo.
El caso sobresaltó a la opinión pública de Gualeguaychú por la modalidad del hecho. Hasta esta semana no existía en la ciudad un atraco como el que sufrió el quinceañero, que también afectó a su hermana de 17. No se registran antecedentes donde un delincuente aborda a su víctima en la calle y lo hace caminar hasta su casa para robarle.
Juan caminaba por calle Rivadavia, a la altura de la plaza Urquiza, cuando se le acercó un sujeto que simulaba ser un vendedor ambulante. Le ofreció trapos de piso y bolsas y como el menor le dijo que no tenía dinero para comprarle nada, lo intimidó y amenazó con una supuesta arma que tenía en el bolso y que nunca extrajo.
Caminaron varias cuadras y Juan trató de hacer un recorrido más extenso con la intención de perderlo en la primera oportunidad que tuviera, pero era el mediodía y por cuestiones del destino no se cruzó con nadie que pudiera ayudarlo. Su captor lo tenía abrazado e inmovilizado, simulando ser un amigo, por lo cual lo único que podía hacer era caminar.
Así llegaron hasta Paraguay y La Rioja, donde vive el menor junto a su familia, pero no ingresaron inmediatamente. Al percibir que el vehículo familiar se encontraba estacionado en la calle, Juan le informó al delincuente que había alguien en la vivienda. Esperaron sentados en el cordón de la vereda por unos 10 minutos hasta que el ladrón le informó que iban a entrar igual.
“Durante ese tiempo le hizo sacar una fotocopia y simulaba que leían algo de la escuela para no despertar sospechas entre los vecinos”, contó Carina a ElDía, la madre del menor. Cuando entraron a la casa pasaron por el lugar donde estaba durmiendo la hermana de 17 años y se dirigieron a la habitación de la madre que no estaba presente en la casa.
Juan lo llevó hasta esa dependencia para evitar que el delincuente se cruzara con la hermana y su hermano Federico de 7 años que jugaba a la play en otra pieza. Mientras el delincuente revolvió cada cajón de la habitación, la hermana de Juan se despertó de su siesta y llevó al hermanito más pequeño a la escuela, ignorando todo lo que ocurría.
Cuando ella regresó la historia cambió y se inició el principio del fin. Mientras tenía a Juan contra la pared, le dijo que no estaba en la casa para violarla sino para robar, además de proferirle todo tipo de amenazas. A ambos los obligaba a mirar hacia el piso y les daba órdenes. Logró reunir más de 20 mil pesos que eran parte de la fiesta de egresados que está organizando la menor junto a sus compañeros, sus ahorros y el dinero que estaba destinado al pago de unos trabajos de albañilería.
El delincuente ya tenía todo lo que necesitaba. En varios bolsos y mochilas había guardado los aparatos electrónicos de valor, como la play, computadora, celulares, entre otras cosas, y el dinero. Hizo pedir un “taxi” y cuando llegó el remis, el delincuente hizo salir a la joven. Esa secuencia quedó grabada en la cámara de seguridad de un vecino y se observa el desesperado pedido de auxilio de la adolescente al remisero y otras personas que pasaban caminando.
En la filmación se observa que la chica de 17 años comienza a hacerle señas al móvil de la agencia de remis que acudió para hacer el viaje, pero según relató la madre de los menores, este remisero le dijo: “yo no me puedo meter, y se fue”, aunque posteriormente se conoció que fue este hombre quien jugó un papel clave para la aprehensión del delincuente.
Mientras esto sucedía en la calle, Juan y el delincuente se trenzaron en una lucha muy peligrosa adentro de la casa, que involucró un cuchillo. El final es conocido: el menor logró echar de la casa al delincuente cortándolo varias veces con el arma, pero él también terminó lesionado con un corte en una de sus manos y en un antebrazo.
El ladrón salió corriendo con el dinero en su poder y abandonó en la casa todos los bolsos y mochilas que había juntado en la vivienda y llenado de aparatos electrónicos. Desde allí se dirigió a la remisería ubicada en Primera Junta al 150, en donde indicó haber sido víctima de un robo y pidió permiso para lavarse la sangre.
Luego de ello subió a un móvil y pidió que lo llevara hasta el hospedaje en el que se encontraba, en Rivadavia y Montiel, pero el remisero de la otra empresa lo había seguido y ya se había comunicado con la Policía, describiendo el auto en el que se trasladaba el delincuente, que finalmente fue aprehendido en Luis N. Palma y Montiel.
Fue trasladado a la Jefatura Departamental y allí permanece desde entonces y posiblemente lo haga hasta que enfrente un juicio. Es oriundo de Ciudad Evita, partido de La Matanza, y tiene antecedentes condenatorios en su haber por este mismo tipo de delito. El fiscal Scattini le tomó indagatoria el miércoles y el jueves por la tarde se realizó la audiencia con el Juez de Garantías, que le dictó una prisión preventiva por 20 días.