Ni rejas, ni alarmas, ni cámaras de seguridad han impedido que le delincuencia en Gualeguaychú vulnere la seguridad. En menos de una semana, una pinturería, una gomería y ahora una carpintería sufrieron las consecuencias.
Posiblemente los casos no estén relacionados unos con otros, debido a que en uno de los trabajos se actuó con un profesionalismo muy pocas veces visto en Gualeguaychú, pero sin dudas que esa práctica sirvió de ejemplo para que otros delincuentes copien la modalidad.
El 25 de septiembre, el encargado de la pinturería Salto Grande abrió las puertas del negocio esa mañana con la desagradable noticia de que había sido víctima de un robo millonario. Los delincuentes entraron por el techo y se llevaron un millón y medio de pesos de la caja fuerte.
Hasta el momento no ha surgido ningún dato que le permita a los investigadores dar con los responsables del hecho y mucho menos con el dinero sustraído, pero lo que más llamó la atención fue el “trabajo” que realizaron.
Fueron bien preparados para lo que iban a hacer y realizaron un trabajo de inteligencia previo que no dejó nada librado al azar. “Entraron por el techo a un deposito en la planta alta donde estaba la caja fuerte, antigua, empotrada, grande. Vinieron con soplete, serrucho, levantaron la chapa, cortaron unos tirantes, sacaron unas tejas. Vinieron preparaditos con todo. Sopletearon la caja, sacaron el dinero y salieron por el mismo lugar por el que entraron”, resumió el responsable de la firma.
Este robo es obra de profesionales y se distingue del resto por el monto de lo que se llevaron, porque sabían el botín que iban a encontrar. Llevaron herramientas y sin dudas que actuó una banda.
En la madrugada del 30 de septiembre se repitió un hecho de similares características en otro punto de Gualeguaychú. Sucedió en la gomería La Cueva, ubicada en calle Urquiza 2022, a metros de Boulevard Daneri. Fue casi en forma simultánea al robo que sufrió la familia del Director del Hospital Centenario en calle Luis N. Palma, en el barrio Parma, casualmente ubicado a la vuelta de esta gomería.
En este robo fue un solo delincuente el que actuó y ello se pudo probar por lo obtenido en la cámara de seguridad de un comercio vecino. Ingresó por el techo del comercio, previo a levantar una chapa plástica que desclavó con mucho cuidado para no hacer ruido. Desde allí accedió al interior, buscó elementos de valor y lo único que encontró fueron unos 600 pesos en cambio que el dueño del local había dejado en la caja para la actividad el domingo, una notebook y la moto Yamaha FZ propiedad del empleado Néstor Rojas.
Ayer se conoció que otro comercio volvió a ser vulnerado de la misma forma. Sucedió en el galpón situado en Primera Junta casi Colombo, en donde funciona la carpintería de aluminio propiedad de Eduardo Bernardone.
Al igual que en las otras dos ocasiones, el damnificado abrió el local y se desayunó con la novedad que habían ingresado delincuentes. Utilizaron una casa deshabitada en calle Colombo para acceder al techo del galpón y allí levantaron una chapa y rompieron otra de fibrocemento. Luego revisaron todo y abandonaron el lugar con el dinero que la víctima tenía destinado al pago de salario de sus empleados.
Tres casos en menos de una semana que encienden la alarma de lo que está sucediendo en la ciudad del sur entrerriano y de los cuales no se tiene ninguna novedad al respecto sobre los responsables de estos hechos.