Hoy, sábado de la vigésima novena semana durante el año, se lee una carta de San Pablo (Romanos 8,1-11) donde el apóstol dice: «Los deseos de la carne conducen a la muerte, pero los del espíritu conducen a la vida y a la paz»; y el evangelio de San Lucas (13,1-9) donde Jesús dice: «Si no se convierten, todos perecerán».
Santos Luciano y Marciano, mártires Después de practicar la magia negra, ambos reconocieron la superioridad del cristianismo sobre la superstición y se convirtieron. Una vez bautizados distribuyeron sus posesiones y bienes entre los pobres y se retiraron a la soledad para fortalecerse con la oración y la penitencia. Durante la persecución de Decio fueron arrestados y condenados a morir quemados vivos, lo que ocurrió el año 250 en Nicomedia.
San Rústico, obispo El año 427, cuando los invasores godos difundían el arrianismo en el sur de Francia y los católicos se hallaban muy divididos, Rústico fue elegido obispo de Narbona. Debido a la difícil situación en algún momento el obispo estuvo a punto de renunciar, pero el papa San León I lo disuadió de ello. San Rústico construyó la catedral y asistió al Concilio de Arlés en el que se aprobó el «tomo» de San León contra los monofisitas. Murió hacia el año 461.