El Gobierno aprobó la fusión de ambas empresas, pero ARNET deberá desprenderse de abonados en tres ciudades entrerrianas
Exactamente un año después del anuncio de la fusión de Cablevisión y Telecom, el Gobierno nacional aprobó la operación que da lugar a la mayor compañía de telecomunicaciones de la región, aunque le exigió desprenderse de algunos activos. «Fue una resolución dura», señalaron desde las oficinas de la calle Tacuarí del Grupo Clarín.
La decisión -que era descontada desde hace meses por el mercado- la tomó este viernes la Comisión Nacional de Defensa de la Competencia (CNDC), a cargo de Esteban Greco, y provocó un fuerte salto en la cotización de Cablevisión, que al conocerse la noticia caída más de diez puntos y pasó a terreno positivo. El impacto era nulo en Telecom, que caía más de 5 puntos afectada por la turbulencia del mercado.
Según la CNDC, «la fusión habría generado problemas de competencia en localidades donde Cablevisión y Telecom eran las únicas empresas con despliegue de red fija. Por esa razón, la empresa fusionada se debe desprender de 143.464 clientes de ese servicio en 28 localidades de cinco provincias: Córdoba (incluyendo la capital), Buenos Aires, Entre Ríos, Misiones (incluyendo Posadas) y Santa Fe».
En el caso de Entre Ríos, Arnet deberá ceder a un nuevo operador el 35,5% de sus clientes en Concepción del Uruguay, 31,7% en Gualeguaychú y 23,5 en Gualeguay.
Telecom además tendrá la obligación de arrendarle su infraestructura a ese nuevo operador para que pueda desplegar su propia red de fibra, brindarle el servicio mayorista y permitirle el uso de la marca Arnet. «Todo ello durante un período de tiempo suficiente como para que el nuevo operador pueda realizar inversiones que le permitan consolidar su posición en esos mercados», indica la CNDC.
Asimismo, el dictamen obliga a Telecom a proveer servicios mayoristas de internet residencial mediante una oferta de referencia, para que otros operadores puedan prestar el servicio usando la red de Telecom. De este modo se elimina la barrera de entrada que representaba la obligación de realizar un tendido de red propia para poder comercializar el servicio.