El gobernador Gustavo Bordet cuestionó duramente a quienes desde el propio peronismo entrerriano lo vienen acusando de macrista y marcó la debida distancia de su antecesor, Sergio Urribarri, aunque sin nombrarlo.
Lo hizo en la reunión de gabinete ampliado de la semana pasada –de la que participaron unos 40 colaboradores, entre ministros, funcionarios y legisladores-, donde trazó una cruda realidad del Estado provincial, que no tuvo ninguna difusión en medio medios periodísticos.
“Encontré una provincia fundida y no me quejé ni lloré; me puse a trabajar”, dijo, a la vez que confesó su “bronca por aquellos que nos llevaron a esta situación y hoy la juegan de héroes, tratándome como representante de (Mauricio) Macri en la provincia”, en clara alusión al sector urribarrista.
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