Hoy, martes de la vigésima novena semana durante el año, se lee una carta de San Pablo (Romanos 5,12-15b.17-21) donde el apóstol dice que «por el pecado de un solo hombre comenzó el reinado de la muerte»; y el evangelio de San Lucas (12,35-38) donde Jesús dice: «Felices los hombres a quienes el Señor encuentra velando a su llegada».
San Donato, obispo. Según la tradición de Fiésole (Italia) San Donato, que era irlandés, fue elegido obispo de esta ciudad en una forma totalmente providencial y extraña. Hallándose en viaje de Roma a su patria, pasó por Fiésole donde el pueblo se hallaba reunido para elegir obispo. Una serie de hechos que los habitantes interpretaron como indicación divina, hicieron que Donato fuera obligado a aceptar la elección. Murió el año 876.
Santos Felipe, obispo, y Hermes, diácono, mártires. Tras haberse desempeñado primero como diácono y luego como sacerdote, Felipe fue elegido obispo de Heraclea, capital de Tracia. A fin de extender y perpetuar la obra de Dios, formó a muchos discípulos en las ciencias sagradas y en la práctica de una sólida piedad.
De ellos se destacó el diácono Hermes, antiguo magistrado de la ciudad, quien desde que recibió el diaconado dejó todo y se dedicó a las obras de caridad. Al desencadenarse la persecución de Diocleciano, Felipe fue detenido y condenado a muerte. Al igual que su maestro, también Hermes fue martirizado por su condición de cristiano. Ambos murieron el año 304.