La justicia paranaense dictó la prisión preventiva para Daniel Antonio Vitali, que deberá cumplir en la Unidad Penal Nº1. Fue denunciado por violencia y en un allanamiento hallaron un arma y celulares.
En la audiencia de este lunes por la mañana, los fiscales Ignacio Aramberry y Fernanda Rufatti (de la fiscalía de Violencia de Género), solicitaron que el perito permanezca detenido en la UP 1 hasta el día del juicio, por haber violado medidas de restricción y por haber amenazado a una mujer.
El perito fue detenido el viernes último en el marco de una causa por violencia de género, a cargo de Rufatti, quien solicitó allanar el domicilio de Vitali, en calle Fraternidad Nº 1617. En la vivienda se secuestraron 9 celulares y un arma de guerra, sin documentación pertinente, y con la numeración limada.
En tanto, la defensa de Vitali, a cargo de los abogados Iván Vernengo y Damian Petenatti, peticionó la prisión domiciliaria, pero finalmente ese planteo fue rechazado. Como argumento, sostuvieron que no existió el delito de amenazas y que su defendido sufre hipertensión arterial, que debe seguir una estricta dieta que no podría seguir en la Unidad Penal y que está cerca de ser intervenido quirúrgicamente por otra dolencia.
En la audiencia, el fiscal Aramberry, que tiene a cargo la causa armas judicializadas en la que está imputado Vitali, señaló que en el día viernes, durante el allanamiento ordenado por el juez Ruhl, hallaron un arma de guerra, sin la documentación correspondiente y con la numeración limada.
Además refirió que Vitali violó la prohibición que tenía de estar en un lugar en las que existan armas de fuego, o donde haya personas con armas. También indicó que violó la restricción de acercarse a una testigo de la causa. Por ello, planteó que existían riesgos procesales, como el de garantizar que la testigo llegue al debate oral y público sin presión de algún tipo.
En cuanto a la causa de violencia de género, que se encuadró en el delito de extorsión, la fiscal Fernanda Rufatti, dijo que Vitali hostigó a una funcionaria policial, cuyas iniciales son IGJ a través de mensajes de texto en los que le profirió todo tipo de amenazas e improperios.
Según relató la acusadora pública, Vitali le reclamaba a la agente la devolución de un dinero y que además tenía una obsesión con la misma. En uno de los mensajes, el perito le dijo: «Voy por más, porque la traición duele, pero la mentira mata». Y en otro le lanzó: «Te vas a pudrir en Minoridad (lugar donde desempeña tareas la agente)».