Para los 15 años las muchas adolescentes arrojan pirotecnia para recibir el día tan esperado. Esto quebranta la ordenanza vigente, pero por lo fugaz del festejo el Municipio tiene dificultades para infraccionar a los responsables con multas que pueden llegar a los 50 mil pesos.
No importa el día no importa la estación, no importa la época del año, todos los días, en algún lugar de Gualeguaychú, a la medianoche justa, se escucha un pequeño estruendo pirotécnico. A veces breve, otras más prolongado. Algunas sólo hacen ruido, mientas que otras impactan el cielo con sus luces. Una moda difícil de datar pero que cada vez crece más y más, como toda moda: se hizo costumbre recibir el día exacto en que una adolescente cumple 15 años con una fiesta sorpresa e improvisada en la casa de la agasajada y la pirotecnia se transformó en un factor indispensable en este tipo de festejo.
No se sabe quién fue la primera quinceañera homenajeada de esta manera, pero lo más seguro es que esta noche, a las doce en punto, alguna lo será. Es un festejo simple, improvisado y simpático. Arrojan huevos y harina a la quinceañera, se pone un poco de música para bailar en la calle y como preámbulo, los cohetes y las cañitas voladoras. Sin embargo desde el 1 de marzo de este año comenzó a estar vigente la ordenanza que prohíbe “el uso, fabricación, depósito, acopio y comercialización, tanto en carácter minorista como mayorista, de artificios pirotécnicos en todo” Gualeguaychú. Y la nueva moda entre las quinceañeras, además de incumplir la ordenanza, trae nuevos dolores de cabeza al Municipio, sobre todo por la dificultad a la hora de enfrentar el uso de fuegos de artificio en estos festejos inesperados e improvisados.
Nota completa edición papel