El 3 de abril de 1967 comenzó su actividad la Casa del Menor. Durante los primeros meses funcionó en las instalaciones del viejo dispensario municipal de Mitre y Millán sólo como comedor y los niños que asistían concurrían a clases en diferentes escuelas de la zona. Anita Sigot, una de las trabajadoras incansables de la institución contó a La Prensa Federal los pormenores del inicio de las actividades, su presente y dejó frases para pensar a futuro.
“Las gestoras fueron mi hermana Mirta y Elba De los Santos. Ellas pensaron en esta idea de ayudar a los chicos que andaban con muchas necesidades materiales y espirituales. Recorrieron diferentes barrios de la ciudad y se encontraron con muchos niños carenciados, que no iban a la escuela y eso les hizo pensar y llevar la iniciativa a un grupo que comenzó a funcionar en la Parroquia Inmaculada Concepción. Allí se formó una comisión provisoria cuyo primer presidente fue Aristóbulo Marcó”.
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