Falleció otra persona a raíz de cáncer, y se eleva a seis el número de víctimas por esta enfermedad en lo que va de 2015 en la zona. En la Legislatura aún no se avanzó en una nueva ley que regule el uso de agrotóxicos. Un juez había reclamado que se cumpla la actual ley.
Falleció otra persona a raíz de cáncer, y se eleva a seis el número de víctimas por esta enfermedad en lo que va de 2015 en la zona. En la Legislatura aún no se avanzó en una nueva ley que regule el uso de agrotóxicos. Un juez había reclamado que se cumpla la actual ley.
Paraná.(RN). Sebastián Argota, un joven de 35 años, falleció el 16 de febrero: es la sexta persona en morir de cáncer en lo que va del año en San Salvador. Oriundo de Salta, trabajaba en un molino arrocero. Le diagnosticaron linfoma no Hodgkin, una enfermedad en la que aparecen células cancerosas dentro del sistema linfático, que empiezan a crecer de forma descontrolada. El médico Medardo Ávila Vázquez, quien viajó a San Salvador como integrante de la Red Universitaria de Ambiente y Salud – Médicos de Pueblos Fumigados, advirtió: “Nosotros hemos visto pueblos en gravedad sanitaria, pero San Salvador es el peor de todos, realmente hay un impacto en la salud más grande de la que hemos podido ver en pueblos de Córdoba, Santa Fe y Chaco inclusive”. Y enfatizó que se debe declarar “la emergencia sanitaria y ambiental” en la zona.
“Nosotros recorremos las provincias fumigadas de Argentina. En San Salvador hablamos con los médicos del pueblo y los vecinos. Me impresionó el nivel de contaminación que hay en San Salvador, que está rodeado de arroceras. La contaminación que produce ese tipo de plantas, es principalmente aérea, por los polvos que despiden las partículas de las cáscaras de arroz que están cargadas de pesticidas. A esa contaminación por el polvillo de los molinos, se le suma la contaminación por el cultivo de soja en los alrededores del pueblo que están fumigando con mosquitos y aviones”, explicó Ávila Vázquez en una extensa charla con Diario Junio. Y alertó: “Nos impresionó este combo entre el cultivo de arroz y soja. San Salvador está rodeado por molinos que exhalan un polvillo blanco. Esos molinos donde acopian el arroz están aplicándole fumigantes en grandes cantidades para preservarlos del ataque de distintos tipos de insectos”.
“Al atardecer se ve nublado, como una bruma que es propia del polvillo que desprenden las molineras, principalmente la más grande Adecoagro que se ubica hacia el este, de donde viene el viento. Está ubicada en el peor lugar, la mayor parte de los días la brisa corre hacia el pueblo”, relató el médico de la Red Universitaria de Ambiente y Salud.
El grupo Adecoagro, cuyo socio principal es el especulador financiero George Soros, compra Pilagá en 2007; haciéndose de 94.000 hectáreas, distribuidas en 6 campos en las provincias de Formosa, Corrientes, Santa Fe, Entre Ríos y Buenos Aires, que incluyen dos molinos arroceros: uno en San Salvador y otro en Mercedes, conocidos con el nombre de Molinos Ala.
“En San Salvador vimos que muchos productores estaban cosechando arroz, lo secaban rápidamente con herbicidas; o sea cuando ya estaba el arroz maduro, para poder cosechar rápido y poder sembrar soja. Para eso fumigaban en aviones con 2,4-D y paraquat”, apuntó Ávila Vázquez; y describió las graves consecuencias que estos químicos producen en el organismo humano.
Sobre las muertes por cáncer en San Salvador, Ávila Vázquez, dijo: “Es de esperar que la población de San Salvador tenga altos índices de enfermedades. Nosotros encontramos que la mortalidad por cáncer era del 50 por ciento, 1 de cada 2 vecinos de San Salvador muere de cáncer, cuando en toda la Argentina el promedio es de 1 cada 5, es decir, del 20 por ciento.Tenemos datos que el uso de agrotóxicos, por habitante en la Argentina es de 7 litros por año, mientras que en San Salvador es de 40 litros por habitante. Es una exposición muy alta”. Y afirmó: “Es muy grave lo que pasa en San Salvador, nosotros hemos visto pueblos en gravedad sanitaria, pero San Salvador es el peor de todos, realmente hay un impacto en la salud más grande de la que hemos podido ver en pueblos de Córdoba, Santa Fe y Chaco inclusive”.
“Los médicos también nos decían que ellos estaban viendo este fenómeno, pero que se encontraban acorralados por el sistema económico y productivo, más los intereses políticos, y muchos no se animaban a decir lo que veían en sus consultorios. Y en las fumigaciones, muchos ingenieros agrónomos están metidos en el negocio por la venta de agrotóxicos, así le hacen creer a la gente que son seguros y que no producen ningún tipo de enfermedad”, manifestó, el médico y ex Secretario de Salud del Municipio de Córdoba.
Cabe resaltar que Ávila Vázquez promovió una acción penal por las fumigaciones sobre el barrio cordobés Ituzaingó Anexo, de 5.000 habitantes, y logró la primera condena en Argentina, por contaminación dolosa, contra dos productores agropecuarios y un piloto, luego de recabar una gran cantidad de testimonios de vecinos sobre problemas respiratorios, casos de leucemia y cáncer.
Emergencia sanitaria-ambiental
“Aquí hay una irrupción del cáncer, que los mismos vecinos han advertido, por eso las marchas para buscar una explicación. En el caso de San Salvador, hay una ordenanza de zona de resguardo ambiental de 500 metros, pero la situación de San Salvador es tan grave que se debe declarar una emergencia sanitaria y ambiental, se deberían prohibir las fumigaciones aéreas en todo el departamento, y tomar medidas para disminuir los niveles de exposición a los agrotóxicos que tiene esta gente”, remarcó Ávila Vázquez.
Ante nuestra pregunta sobre si existen diferencias entre las provincias afectadas por los agrotóxicos: “Nosotros en la zona de Córdoba y Santa Fe tenemos la discusión que siempre nos dicen que la causa de los niveles de cáncer que hay en nuestras provincias son elevados debidos a la contaminación con el arsénico en el agua. Pero en Entre Ríos no hay contaminación de arsénico en el agua, y los niveles de enfermedad son mayores que en Santa Fe o Córdoba, que son altos también”.
“Sin omitir que en San Salvador se levantaron barrios encima de depósitos de organoclorados, y que en los últimos años han empezado a manifestarse que en esos barrios hay un enfermo de cáncer, casa de por medio”, destacó Ávila Vázquez, refiriéndose a los barrios Centenario y 40 Viviendas, que se construyeron en 1998 sobre un aeródromo de aviones fumigadores de lindano, un insecticida clorado prohibido el mismo año en que se comenzaron a edificar los barrios.
Sin ley
En el Senado Oscar Arlettaz (Colón) y Enrique Cresto (Concordia) habían promovido una polémica ley para regular los agrotóxicos, pero cuyo debate quedó trunco ante la resistencia de organizaciones ambientales y referentes de salud. Otra iniciativa, que tenía, en principio, el visto bueno de estos sectores (impulsada por César Melchiori-Islas-) no fue estudiada hasta el momento en comisión. Mientras tanto, en Entre Ríos rige la ley de Plaguicidas N° 6.599, que data de 1980. En su artículo 13 indica: “Queda prohibida la aplicación aérea de plaguicidas agrícolas dentro del radio de 3 km. A partir del perímetro de la planta urbana de los centros poblados”. Pero esa distancia fue siendo reducida por resoluciones posteriores.
No obstante, el fin de semana el juez del Tribunal de Apelaciones de Gualeguaychú, Eduardo García Jurado, había evaluado que la norma “no se cumple y que el Estado provincial no ejerce ningún control y por ello es responsable indirecto de las consecuencias de no ejercer ese poder de policía que la ley vigente establece”. En diálogo con Radio Máxima, el juez analizó: “Ahora se quiere reformar esta ley, pero lo que hay que potenciar en realidad es el poder de policía del Poder Ejecutivo provincial. En todo el territorio de Entre Ríos hay solo dos inspectores para realizar los controles en materia de fumigaciones aéreas y terrestres, con esto ya queda todo dicho. Por lo tanto, tener una ley nueva si no hay control estricto no va a servir de nada”.(RecintoNet)