Por Edgardo Martolio | Por qué el nuevo certamen se acomoda a las necesidades de Boca, River y los otros ‘grandes’. Las predicciones.
Edgardo Martolio
Olvídese de la primera fecha como la olvidé yo. Estas líneas fueron escritas antes de que terminara la jornada inaugural del novedoso y disparatado campeonato de 30 clubes porque, aún cuando sus puntos suman lo mismo que en las restantes jornadas, el inicio siempre confunde: ganan los que después no vencen más y pierden otros que no vuelven a caer. Las pretemporadas disímiles, los equipos incompletos, adquisiciones de última hora, transfers que no llegan, autorizaciones demoradas, pagos no hechos, debuts postergados y firmas no estampadas sólo crean ‘distracción’ en los comienzos de torneo. Por eso, el análisis que subsigue fue hecho en abstracto, sobre mera hipótesis y con base en el ‘movimiento de mercado’.
De todos modos, no dudo, pese al engendro que el Gobierno le hizo crear a la AFA, que continuará siendo el mejor campeonato del mundo; pena que hay demasiados intrusos –clubes que inesperadamente aparecieron en el círculo privilegiado– sin posibilidades reales de pelear nada, y eso sólo favorecerá a los ‘Grandes’ que por cuestiones de caja pudieron reforzarse mejor.
Los torneos, cuanto más largos, más se adecuan a la ambición de Boca y River. El título será para uno de los dos. En el mejor caso para uno de los otros tres ‘Grandes’. Volvimos al pasado. Veamos.
El mejor reforzado: Boca Juniors, sin dudas. Hizo lo que con Bianchi no pudo –o no quiso–, acompañó su historia: conformó un buen plantel, competitivo y con algunos nombres importantes que le faltaban. Aún así precisa que un par de sus juveniles sorprenda si quiere dar pelea en los dos frentes, Copa y Campeonato. Todas sus líneas están mejores que el año pasado. Erró al largar al chiquito Luciano Acosta, uno de los jugadores con más capacidad, en todo nuestro fútbol, para entrar desde el banco y modificar un partido. Pero compró bien (Daniel Osvaldo, Gino Peruzzi) y se deshizo de lastres que pesaban demasiado…
La sorpresa positiva: Banfield, no sólo porque ahora al no contar con el arquero Gaspar Servio recibirá menos goles, sino porque trajo jugadores clave para puestos que necesitaba mejorar (Viatri, Vittor). Si no se hubiese desprendido de Tagliafico y Toledo podría ser el ‘mejor reforzado’… Almeyda, igualmente, tendrá una gran oportunidad de demostrar si el fútbol abierto que propone también puede generar buenos resultados. Para eso precisa cambiar la suerte, el comienzo indica que sigue con la misma taba del Transición.
Bien reforzados (en comparación con aquello que tenían): Belgrano hizo los deberes. Aún cuando se quedó con menos gol del que contaba, defensivamente será muy sólido. Seguramente hará un mejor torneo que el anterior, aunque tampoco se convertirá en el que ya fue un par de años atrás; ni siquiera será sorpresa…
Estudiantes, constituyó mejor plantel del que poseía, eso es innegable, aunque el problema Pincharrata es el entrenador, no consigo ‘comprarlo’, no adhiero al juego indefinido de sus equipos; le falta una propuesta clara…
Independiente; no era difícil mejorar lo poco que tenía en su inventario; el entrenador Jorge Almirón hizo un milagro en 2014 habiendo llegado tan alto con casi nada. La pregunta ahora es, ¿sabrá trabajar con un equipo más competitivo? Albertengo es su gran carta, pero ojo, pese al formidable debut, puede ser otro Riaño… De los ‘ Cinco Grandes’ será el peor, aún cuando está con más equipo que todos los medianos y todos los chicos…
Olimpo, aunque sin estridencias y seguramente sin pretensiones escondidas, el aurinegro ofrece un panorama previo más alentador que otrora, lo que no significa que después resuelva a la altura de las circunstancia. Quilmes, igual que Olimpo, reemplazó con cantidad lo que perdió de calidad, esto significa que tiene más alternativas, lo que en un torneo de largo aliento representa una ventaja; los planteles cortos tendrán dificultades en este 2015. Es la última chance del DT Falcioni y eso puede ser bueno para el cervecero.
River invirtió poco pero muy bien y lo que perdió no será extrañado, además tiene muchos pibes maduros, cosa que pocos planteles poseen. Aimar no se contabiliza, no fue un refuerzo, apenas un gesto institucional. San Lorenzo tuvo su herida importante un semestre atrás, cuando Piatti y el pibe Correa dejaron el plantel, ahora no hubo sangrías y llegaron buenos refuerzos aunque sigue sin una zaga central a la altura del resto del equipo. Tampoco tiene arquero confiable pese a su indiscutida buena suerte.
San Martín de San Juan, considerando el cambio de categoría, que estuvo muy poco tiempo en la B Nacional, es decir que continuó con ritmo de Primera, sin grandes ilusiones formó un cuadro para mantenerse en la ‘A’ sin sudores extras. Además, trajo un DT –Carlos Mayor – que puede sorprender a propios y extraños.
Tigre: contabilizando que no le sobraba absolutamente nada en ninguna línea o posición, el azulgrana de Victoria mejoró considerablemente sus chances de tener un certamen sin riesgo cardiaco, especialmente por lo que incorporó del medio hacia atrás; no obstante, sus usinas de juego son las mismas que ya tenía: Wilchez y Bertoglio pero, claro, tienen que engranar. Su ‘estrella’ es el entrenador Alfaro.
Unión, dentro de su mezquino presupuesto no apuntó mal el mejor equipo que llegó desde la B Nacional. Va a sufrir porque el actual sería un súper-cuadro para el ascenso, pero difícilmente se lo va a ver por el fondo de la tabla. Está más sólido que su archi-enemigo Colón y, con un poco de fortuna, hasta puede aspirar a la mitad de la tabla.
Mal reforzados (en comparación con aquello que poseían): Aldosivi, aunque mantuvo la base, también es cierto que ‘se reforzó’ con siete incorporaciones, pero subió una categoría y su mejora no alcanza a tanto. Defensivamente es una de las formaciones más flojas que presenta el torneo. Y adelante, por ejemplo, que alguien explique la contratación del Pepe Sand, un jugador que lleva cuatro años ‘retirado’ adentro de las canchas. ¿Y Menseguéz? El marplatense es candidato al descenso.
Argentinos Juniors sumó al cambio de categoría un desabastecimiento general, en casi todas las líneas, donde se le fueron jugadores importantes para su nivel y no los suplió a la altura, empezando por Juan Román Riquelme y siguiendo por el Lobo Ledesma aunque este no sea santo de mi devoción. Asoma, a priori, como el dueño de este desmérito. Claro que, como siempre, Gorosito puede tener algunas sorpresas en las inferiores del Bicho…
Colón es un caso similar al anterior, tal vez un peldaño abajo –por la excesiva juventud de su equipo, aunque pueda clasificar mejor en la tabla final– porque no va a tener otro Pavón, su mejor generador de juego, que volvió a Boca (El Mago Ramírez no es bien aprovechado). Si los ex Boca, Clemente Rodríguez y Pablo Ledesma, son sus figuras sobran las palabras… Además, Mostaza Merlo ‘ya fue’, no lo imagino inventando nada demasiado imaginativo para substituir con ideas la escasez de material humano y ya fue despedido tras la primera fecha.
Arsenal quedó un escalón abajo de lo que tenía, sólo puede mejorar si Palermo consigue amalgamar al equipo rápidamente. Va a sentir mucho las pérdidas de Palacios y Brahian Alemán. Atlético de Rafaela no restauró debidamente lo que dejó en el camino, entre ellos sus mejores exponentes: Albertengo y Vittor. ¿El ex Newell’s y Boca, Guillermo Marino, es un refuerzo o un contrapeso? No tendrá una tarea fácil su técnico Sensini.
Defensa y Justicia. Walter Busse y el rosarino Isnaldo tendrán que jugar mucho si el equipo quiere ser parecido al del último certamen. Camacho y Brian Fernández constituyen un débito que no conseguirá ser pago por lo que llegó al club, aún cuando no conozco a algunos players como el uruguayo Ignacio River.
Sarmiento de Junín podría entrar en la categoría ‘incógnita’, pero la primera impresión no es positiva, comenzando con que no le sobraba equipo y menos aún plantel una categoría abajo, ahora más arriba debió apostar más fuerte, debió incorporar a varios Mauricio Casierra. Atención con Nicolás Sánchez, su número 10…
La sorpresa negativa: Vélez Sarsfield volverá a ser, solamente, un acompañante y habrá que esperar que los chicos a los que el Turu Flores promovió a primera, den ahora los resultados buscados. Si ellos no funcionan la famosa platea oficial tendrá motivos para insultar como lo hace siempre. Milton Caraglio es su gran ficha, pero sabemos que precisa estar bien físicamente para mostrar un poco de todo su potencial y no siempre está en forma. Caraglio podría ser Pratto si tuviese su disciplina; sabemos que no… El arquero Sosa es su ‘déficit oculto’. No soy optimista, menos aún con el cambio dirigencial que tuvo la entidad y el nuevo comando técnico contratado. Un gran club que boyará en la mitad de la tabla como en el 70% de sus participaciones en la máxima categoría. Aquel Vélez de Bianchi o los de Gareca no volverán a verse por un largo tiempo.
El peor reforzado: Nueva Chicago no hizo la tarea; ya le costó mucho subir por lo que tenía más necesidades que el resto de los clubes en reforzarse, no se esmeró, perdió identidad colectiva y no ganó en individualidades. Lo peor para el pobre de Omar Labruna es que vendió a tres de sus jugadores más capaces, con futuro, los que fueron vitales en la conquista del ascenso, y a todos los vendió para rivales de la ‘A’, como queriendo suicidarse. Si llega el ‘Rolfi’ Montenegro, inscripto, algo va a ordenar, pero él sólo no podrá con un stock tan precario…
Ni mejoraron ni empeoraron: Gimnasia y Esgrima La Plata tiene en su entrenador la clave de lo que puede pasar; si Pedro Troglio le encuentra la vuelta a los que llegaron y consigue un poco más de gol que el año último, puede tener un campeonato tranquilo. Extrañará al arquero Monetti, indudablemente. Es otro que precisa recuperar la suerte perdida, es un club mufado en los últimos tiempos.
Lanús cambió, como dicen los brasileños, seis por media docena. Hizo ‘gatopardismo’. Aunque el año anterior estuvo por sobre sus capacidades si este año no se lo ve tan alto no será por causa de los cambios, sólo porque para repetir lo de 2014 es necesaria mucha fortuna, la que el equipo de los mellizos supo exhibir.
Newell’s está apostando demasiado al regreso del Tolo Gallego, que puede estar con la fecha de validez vencida; no será un equipo de punta. Aunque cambió algunos pocos nombres no tiene ni más ni menos de lo que tuvo bajo el comando de Gustavo Raggio. Su posición en la tabla dependerá de cómo esté Scocco. Maxi, se sabe, repetirá su rendimiento.
Racing. Analizando jugadores hay que destacar que compró bien pero analizando posiciones hay que señalar que vendió mal, por eso seguramente tendrá que elegir un frente en el primer semestre si pretende pelear algo: Centurión y Hauche –mal transferidos– son dos ausencias que generarán ‘saudades’, especialmente el titular, Centurión, que en Brasil puede terminar de destaparse (muy buen debut el sábado de carnaval, en San Pablo, en la goleada a Bragantino: un tanto y dos asistencias). Gabriel Hauche era un suplente injusto, era el jugador que más abría la cancha, todo lo que el equipo necesitaba y necesita. Lo que compró le mejora ‘el centro’ pero no las alas ofensivas, donde jugaban los antiguos ‘wingers’. A su favor, que el resto del equipo es la base del que ganó el título 2014, está armado…
Incógnitas: Crucero del Norte, evidentemente es difícil saber qué papel tendrá en la ‘A’, cómo rendirán sus figuras ofensivas, los paraguayos Ávalos y Álvarez, aunque en el nuevo PRODE no seré optimista con el equipo misionero: es uno de los que apunto a perder la categoría. Entre otras cosas porque su entrenador Schurrer, por lo que mostró en Lanús, no me convence. Así y todo, sacará algunos puntitos en su cancha de césped inapropiado para fútbol (lo sé porque tengo ‘grama baiana’, sin H, en mi casa).
Godoy Cruz tenía poco y cambió mucho; el esfuerzo puede substituir lo que falte, pero eso sólo se verá en el transcurso del campeonato; difícil predecirlo; igual, está claro que es un equipo flojo, cuya dependencia del ecuatoriano Ayoví será aún mayor que meses atrás en el torneo Transición. El arquero Moyano es su talón de Aquiles.
Huracán, no sólo por el cambio de categoría, ni siquiera porque atacará inicialmente dos frentes, Copa y Torneo, el Globo es una incógnita por naturaleza, por historia, porque en las últimas décadas sostenerse en la Primera División le costó siempre mucho. Y, fundamentalmente, porque sin Pity Martínez sus chances de estar en la mitad superior de la tabla son pocas (aunque Gamarra entusiasme). Juega bien, Néstor Apuzzo parece saber lo que quiere, pero es Huracán, de lo más raro que ya parió el fútbol vernáculo.
Rosario Central, hummm. La salida de Miguel Ángel Russo es su mejor noticia pero, para un técnico nuevo como el Chacho Coudet los cambios de nombres que le hicieron los directivos no fueron mucho más que eso, cambios de nombres… Si el Chelito Delgado está bien puede ser el gran diferencial. Junto al pibe Cervi a quien ya destaqué en alguna crónica anterior, cuando debutó en primera…
Temperley también entra en el terreno de lo desconocido; por lo menos aumentó el número de profesionales; Igualmente la chance de efectuar un análisis correcto de qué puede pasar con su retorno al círculo privilegiado es mínima. Por nombres, por su arquero Crivelli y por el técnico Rezza, puede decirse que va a ganar poco pero le van a ganar también poco. No me sorprendería si es el equipo que cierre el campeonato con más empates.
Los que no pueden arrancar mal porque su fixture es muy favorable y, un buen comienzo, es un cuarto de batalla ganada: Racing, cada vez más Racinik –por la cantidad de jugadores del agente Christian Bragarnik– hasta la octava fecha podría haber ganado sus siete partidos anteriores sin problemas; tenía y sigue teniendo el mejor fixture de todos pero la Acadé también es el menos lógico de todos, por lo que Boca la tiene servida hasta la séptima jornada; inicialmente podría sumar 18 puntos corridos sin problemas. Y Vélez, que además de ser local las dos primeras fechas, recién tropieza con un grande, San Lorenzo, en el capítulo número once.
Los que no pueden arrancar bien porque tienen todo en contra: Sarmiento no tendrá respiro en las primeras cinco fechas, por lo que considerando que es uno de los ascendidos, puede decirse que tiene el peor fixture de todos. Temperley, aunque haya ganado su primer clásico sureño, tiene un fin de verano y principio de otoño semejante. Y entre los que ya jugaban en la ‘A’, Belgrano es, posiblemente, quien tiene más ripio en el recorrido inicial. Olimpo es el otro que empieza con el pie izquierdo y necesitará del invierno para reponerse.
Posible tabla de posiciones del primer torneo de 30 equipos, visto, claro, desde hoy, diez meses antes de su final, desconociendo quienes apostarán más a las Copas que al propio certamen y, claro, todo el margen de error de no saber tampoco el potencial reservista y juvenil de varios de los clubes. A riesgo de quedar pagando feo, la siguiente es mi tabla final (entre paréntesis los puntos que imagino puede cosechar cada uno):
River (63) y Boca (61) pelearán el título superando la barrera de los sesenta puntos… Arriba de cincuenta unidades estarán Racing (58) y San Lorenzo (53) y probablemente ninguno más. Independiente (49) puede discutir el quinto puesto, como el mejor de la faja de los cuarenta puntos. Si así fuere, este volvería a ser, como antiguamente, un campeonato ‘para los cinco grandes’.
En esa faja arriba de los cuarenta puntos, también entrarán –o debiesen entrar– Estudiantes (47) y Lanús (46) entre los más seguros; Newell’s (45), Rosario Central (44) Y Vélez (42) cuentan con altas probabilidades; tal vez Banfield (41) y en una de esas Belgrano y Gimnasia (40 ambos) si tienen un poco de suerte. Debajo de ellos, es decir debajo de las cuarenta unidades y arriba de las treinta, habría lugar reservado para Arsenal (36), que cerraría la primera mitad de la tabla.
Olmpo (35), San Martín de San Juan y Tigre (los dos con 33) casi con certeza le van a pelear ese lugar y son los que abrirían la mitad inferior que debiese encontrar en el orden de las tres decenas también a Huracán, Unión y Quilmes (los tres con 30). Hasta allí los veinte equipos que aspirarán a entrar en alguna Copa con más firmeza.
La decena de clubes que, estimo, cerrará el torneo sufriendo para llegar a los treinta puntos, son –en orden de clasificación–: Godoy Cruz (29), Colón (28), Rafaela (27), Defensa y Justicia y Argentinos. (ambos 27), Temperley (26), Sarmiento (24), Nueva Chicago (23) y cerrando las posiciones Crucero del Norte (22) y Aldosivi (19), el único debajo de los veinte.
Anótelo: enfrentando a estas últimas diez escuadras, como dicen los italianos, cada uno de los ‘Cinco Grandes’ va a conseguir 24 puntos o más –sobre 30–; ese será su ‘seguro de vida’ para luchar por los primeros puestos. Y ese será, también, el desequilibrio de este torneo que en un semestre estará partido al medio: los de arriba y los de abajo.
Las chances de acertar estas predicciones son prácticamente nulas, porque después, la realidad, que se llena de lesiones, expulsiones, una mejor o peor campaña en la Libertadores o Sudamericana, un cambio de entrenador, una revelación inesperada de inferiores, la sangría por las ventas que se producirán a mitad de año, un consagrado que no se adaptó al nuevo club, un acto de indisciplina, un árbitro que cambió el rumbo, un penal que pegó en el palo, en fin, las mil variantes que hacen del fútbol el mejor de todos los deportes, tendrán voz y voto para derribar mis pronósticos y cualquier otro. Pero es lúdico además de ser un ejercicio que todos los entrenadores hacen en esta época del año: bosquejar a cuántos puntos pueden aspirar. Ellos y sus rivales. Ver para qué están.
IN TEMPORE II: Sólo para no dejar renga la columna pasada: ‘Los Pumas por la mitad’, en el Seven de Las Vegas, para no variar perdieron feo, 24 a 7, con Canadá, que será local en los PAN de mitad año… Canadá, cuyo rugby no es profesional como el ‘argento’, por lo menos a nivel selección, es nuestra principal amenaza para la única plaza que en ese certamen se ofrecerá para participar de los Juegos Olímpicos de Rio 2016. Vuelvo a insistir: sería un papelón no ir a las Olimpíadas de Brasil siendo que no enfrentaremos a nadie (como siempre sucede en las disputas continentales).