Mauricio Macri se movió con soltura en el escenario internacional. Hablo de gobernanza económica, ahora es cauto para comentar sus encuentros informales con Theresa May, acepta con diplomacia que Emmanuel Macron aún es un obstáculo para la firma del acuerdo Mercosur-Unión Europea y aprendió a usar su cercanía con Donald Trump en beneficio de las exportaciones argentinas a Estados Unidos.
Sólo durante tres minutos, en una charla de casi media hora, Macri se corrió de su análisis sobre política exterior para comentar sobre política doméstica. Y sin nombrar a Cristina Kirchner y su candidatura a senadora nacional, fue filoso y provocador ante los ejes de campaña que propone la ex presidente.
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