Antonio es un genio dándole dimensión teatral

Antonio es un genio dándole dimensión teatral Antonio es un genio dándole dimensión teatral

Yo soy socio del productor de la obra, Nacho Laviaguerre, y veníamos desde hace mucho tiempo buscando quién podría ser la persona que interpretara este personaje en Más respeto que soy tu madre. Siempre pensamos en Antonio Gasalla como posibilidad, y él se unió al proyecto con la condición de poder ser el adaptador y el director. Desde ese momento, yo le dejé mi libro, como el que le deja un hijo o una hija a un novio nuevo que no sabe qué onda. Y la obra es, en realidad, la relación entre mi hija y esa persona. Tuve plena confianza en él como cualquier suegro. Yo siempre lo vi de esa manera, uno espera que no le peguen a la hija, que la traten bien, que se enamoren, y eso fue lo que pasó entre Antonio y mi libro. Pero fue una relación entre ellos, yo no me puedo meter más que deseando que las cosas salgan bien.

En julio de 2009, un poco antes del estreno de la primera versión, Antonio me invitó a su casa, y me representó su adaptación y me encantó. Siempre fue una relación de muchísimo respeto, nunca de amistad porque yo vivo en otro país, y además, ninguno de los dos es mucho de hacer amistades. Siempre estuve muy agradecido con él, porque el que se pone todas las noches a laburar es Antonio.
No participé en el guión de ninguna de las dos partes. Y de hecho, la primera parte no supe de qué se trataba hasta el ensayo general.

Mi libro tiene 200 capítulos, para la primera parte se usaron 32, y ahora otros tantos, pero nunca tuve ningún tipo de participación. Lo que escribí está hecho de una forma muy plana, de hecho, lo hice para un blog, ni siquiera para un libro. Antonio tiene que darle una tercera dimensión teatral, y es un genio haciendo eso.
A mí me da la impresión de que con lo que se exprime, tanto en la primera como en la segunda obra de teatro, se puede dar por concluido el ciclo. Aunque estas cosas siempre las decidimos al final, junto al productor. Igualmente, para hacer una tercera parte, habría que escribir más libros. El que está hecho ya está agotado.

Yo creía que la historia de esta familia representaba mucho a nuestros ciclos económicos bajos. De hecho, cuando  la escribí lo hice en el medio de la crisis del corralito, pero después mi libro se empezó a traducir en muchos idiomas, y yo no podía entender qué le veía la gente de Corea, por ejemplo. Ahí me di cuenta de que hablaba más de las madres, de cómo ellas, por ejemplo, intentan hacerte creer que no estamos pasando hambre. Y eso es algo universal, que permite que todos nos representemos. Pero no lo descubrí cuando lo escribía, sino cuando vi la mirada del público extranjero. El libro está basado un poco en mi propia madre, así que también muestra defectos.
Cuando yo escribí Más respeto que soy tu madre, no esperaba que lo lean más de siete u ocho personas, así que nunca tuve ese miedo escénico de saber que lo iba a ver un millón de espectadores. Y creo que el no saber todo eso le dio mucha frescura que le hizo muy bien. No me imaginaba ni buscaba este éxito.

Esta historia empecé haciéndola en un blog, que se llamaba Blog de una mujer gorda, después se convirtió en Más respeto que soy tu madre. Ahí se me ocurrió escribir como si fuera una vieja, y todos los que entraban, como no veían un nombre de un autor, pensaron que era una señora la que escribía. En el último capítulo del blog, me di a conocer, y abrí otro que es el que tengo ahora, que se llama Orsai. La gente me odia porque para ellos Mirta Bertotti no era yo, sino realmente una señora.
Blog de una mujer gorda es muy diferente a Orsai, porque cuando hice mi primer blog era una época más tranquila, menos gente haciendo literatura y más ingenuidad de los que consumían y los que creaban. Ahora no sabés quién es quién, y todo el mundo desconfía.

Ya no extraño nada de Argentina. Me fui a vivir a España hace 15 años, pero en los primeros cinco me hacía falta esa complicidad. Nunca me pude hacer amigo de los españoles, intenté pero no pude, no me hacen reír, no vieron películas ni Clave de Sol. No volví, en ese momento, a Argentina porque estaba encajetado con una mina, tuvimos una hija y, entonces, mi familia ya estaba allá. Después, con el tiempo, ya fui viviendo en España pero mirando a Argentina todo el tiempo. Pero no me junto más con los gallegos. Hasta el año 2010 hice todos los intentos para trabajar para españoles, me puse bastante las pilas, pero me aburrí muchísimo. Y en ese año, pegué una patada interna y no lo intento más.

Yo quiero que con la segunda parte de Más respeto que soy tu madre Antonio se divierta arriba del escenario, que entretenga a sus compañeros con sus improvisaciones, y que esto genere risa en la gente. Esta parte me parece que va a ser un poco más festiva, y un poquito menos profunda, por los capítulos que eligió.

*Escritor y periodista. Autor del Blog de una mujer gorda que Gasalla convirtió en Más respeto que soy tu madre.