En el verano disfrutan los pibes

En el verano disfrutan los pibes Con un gol de Cristaldo, los suplentes de Boca les ganaron 1-0 a los titulares de River. Cubas, Vangioni y Maidana se fueron expulsados. Debuto Pity Martínez. En el verano disfrutan los pibes

La actitud es el motor. Ese intangible como punto de partida distinguió a Boca, solidario en el esfuerzo, concentrado desde el principio, coordinado en la presión. Suficiente para plantarle cara con sus suplentes a los titulares de River, que pasaron de largo el primer tiempo y cuando se decidieron a aparecer, no encontraron las llaves de las cerraduras boquenses. El triunfo no admite objeciones: premia la astucia del supuestamente más débil, castiga la desidia del pretendidamente superior.

La intensidad de Boca tuvo algunas consecuencias positivas, como la capacidad para adelantarse y retroceder siempre en bloque y entonces no dejar espacios largos entre sus líneas, y un costado negativo: de tanto buscar el anticipo se cargo rápido de amarillas –tres antes de la media hora–, lo que devino en la expulsión de Cubas por doble tarjeta cuando quedaba más de media hora por jugar. Pero, igual, la lectura es saludable, en promedio: Boca supo ser ancho para disfrutar los espacios que abandonaban Mercado y Vangioni en cada ataque, y por allí se colaban con facilidad Cristaldo y Pavón, respectivamente.

El primero tuvo repentización para controlar y rematar en una fracción de segundo en la jugada de su gol; al otro lo persigue la desgracia: contra Racing se tuvo que ir por necesidad después de haber tenido un buen arranque y anoche tuvo que abandonar la cancha lesionado en el primer tiempo.
River jugó a una velocidad más lenta toda la primera parte del partido. Solo Sánchez, enojado con sus compañeros, parecía activo. Teo distraído, Pisculichi sin engancharse, Rojas impreciso: malas señales para Gallardo, que bufaba desde afuera.

El reactivo para el campeón de la Sudamericana fue Gonzalo Martínez, que entró a jugar por la derecha y enseguida se prendió. Rápido, hábil, provocó dos amarillas –la segunda de Cubas incluida–. Con él, River tuvo más frescura cuando Boca ya no podía sostener la presión alta que había ejercido antes. Igual, las señales de la noche marplatense –adornada por la hoy extraña figura de las dos hinchadas– no fueron tan diferentes, porque Pablo Pérez –ahora ubicado por el medio– siguió eligiendo bien en cada pase, clave para que sus compañeros tomaran aire cuando las piernas empezaron a pesar más.

El cansancio general generó más errores y también la falla en algunas coberturas defensivas. Así, el ingresado Cavenaghi tuvo su chance, resuelta sin fuerza ante Sara, y Cristaldo podría haber cantado bingo si acertaba en la definición de un buen contraataque manejado por Colazo.
Al final, Boca se fue celebrando la capitulación de una racha negativa ante el rival de toda su vida. Y llenando su ambiente de buenas energías: porque el fútbol, al cabo, sigue siendo una cuestión de actitud.

 

Pavón, golpe y afuera

El volante de Boca, Cristian Pavón, salió lesionado a los 40 minutos del primer tiempo luego de una fuerte patada del lateral de River, Leonel Vangioni. El mediocampista xeneize intentó seguir en el partido, pero unos minutos más tarde debió pedirle el cambio al técnico Rodolfo Arruabarrena. En su lugar entró el juvenil Guido Vadalá. El ex jugador de Colón de Santa Fe tendría fractura del quinto metatarsiano del pie izquierdo.
Horas antes del Superclásico de anoche que ganaron los suplentes, Arruabarrena realizó un entrenamiento con el posible equipo titular que enfrentará el miércoles a Vélez por el ingreso a la Copa Libertadores. Los jugadores que estarán desde el inicio contra los de Liniers no viajaron para el Superclásico y se quedaron entrenando en Casa Amarilla. La novedad es la posible inclusión de la nueva incorporación, Marco Torsiglieri, como marcador central.