Jeremías González terminó segundo e hizo historia

Jeremías González terminó segundo e hizo historia El cordobés de sólo 19 años se subió al podio en cuatriciclos. El año pasado ya había dejado su huella convirtiéndose en el piloto más joven en participar. Jeremías González terminó segundo e hizo historia

Jeremías González Ferioli quedó segundo en la general de cuatriciclos detrás del campeón, el veterano polaco Rafal Sonik, y de esta manera rompió una nueva marca al convertirse en el conductor más joven en llegar al podio.

Con apenas 18 años, el cordobés se había transformado en una de las grandes revelaciones de la edición 2014 del Dakar, ya que como debutante alcanzó un meritorio sexto puesto en la general y, por sobre todas las cosas, mostró una increíble adaptación al ritmo de la carrera. Su expectativa inicial era estar entre los 10 primeros clasificados, pero con el correr de los kilómetros fue avanzando y dejó una gran impresión.

Un año después de ese debut auspicioso, demostraba su mentalidad ganadora:“Mi primer Dakar fue una gran experiencia, pero me costó acostumbrarme al principio a las exigencias propias de la carrera y a las altas temperaturas. Estuve muy descompuesto los dos primeros días y después me fui adaptando a cómo se debe correr este tipo de pruebas. Por suerte encontré el ritmo necesario para avanzar y pude trepar en la clasificación, aprovechando también algunos abandonos. Para este año, me preparé físicamente desde el mes de marzo, con bicicleta, intenso trabajo físico, pesas y horas de entrenamiento sobre el quad, con la meta de mejorar mi ritmo. Sobre esa base, espero estar entre los tres o cuatro primeros de la clasificación final”.

Hoy, ese anhelo se hizo realidad. Su actuación fue extraordinaria, teniendo en cuenta que a Buenos Aires regresaron menos de veinte cuatriciclos de los casi cincuenta que habían largado hace dos semanas. “Me da mucha satisfacción, es el trabajo de todo un año”, dijo Jeremías.

Y no es la primera vez que deja grabado su nombre en la historia del Dakar. El año pasado se había convertido en el piloto más joven en participar y en esta edición volvió a hacerlo tras ganar la etapa que unió el salar de Uyuni, en Bolivia, con Iquique, en el norte de Chile, superando lluvia, granizo y nieve, a temperaturas bajísimas.

“Largué último, estuve una hora y media frente a un río que no podía cruzar, y la pasé muy mal. Tiritaba, no me podía bajar del cuatri, la pasé muy mal, me dieron ganas de no seguir y de volverme a casa“, confesó. Más allá de las dificultades siguió adelante y consiguió un histórico segundo puesto.