Polémica por la fiesta popular de Navidad

p5 28-12-14Los festejos en una esquina céntrica generó la reacción de numerosos vecinos. Por otra parte, se cuestiona que no se previera un evento donde contener a la juventud ante la ausencia del Carro de la Alegría.

¿Qué va a pasar en Año Nuevo? Después de los festejos navideños en calle Mitre, entre 14 de Julio y Ameghino, se generaron diferentes opiniones, visiblemente enfrentadas entre los vecinos de Concepción del Uruguay. Sin lugar a dudas, la convocatoria vía Facebook, tuvo un éxito impensado, ya que el festival gratuito reunió a cientos de jóvenes que llegaron con sus carritos y conservadoras, para participar de los festejos. El evento que se convocara por «Eclipse Fiestas Móviles», a una Fiesta Popular, llevó a una concentración de personas en un sector de la ciudad, que rebasaba cualquier intento de control y esto llevó a las quejas de muchos vecinos. «No era algo acorde al lugar. No tenían baños, ni control alguno. Los jóvenes bebían como si nada y orinaban donde podían.

 

Esto no puede suceder y tiene que haber algún responsable que controle. La zona quedó totalmente sucia y basta con mirar lo que era Plaza San Martín, llena de basura y hasta el monumento del General San Martín todo pintado. Yo estoy de acuerdo con que se hagan eventos para los jóvenes, pero tienen que ser bien organizados y bajo responsabilidad de alguien, no porque uno convoca y los demás se suman así porque sí», señaló una vecina de la zona. Lo cierto es que un evento de estas características, necesita de algún control y en materia de seguridad se hace muy complejo, ya que no hay nada programado. Desde la Policía y Municipalidad se había preparado un importante operativo para lo que podía ser la fiesta en el Autódromo, pero la convocatoria no fue la esperada y el grueso de la juventud se concentró en la «Fiesta Popular», pero más allá de eso se observaba el constante paso de patrullas por la zona. Sin dudas, ante la proximidad de los festejos por la llegada del Año Nuevo, se deberá prever algo similar y ver cómo controlar que no se produzcan incidentes o des
manes.

 

Sin carro de la alegría
Los festejos posteriores a los brindis de Navidad y Año Nuevo no son un hecho reciente. En el año 2004 un grupo de jóvenes subieron a un carro tirado por una camioneta con música y un grupo musical tocando en vivo. Recorrieron el Puerto Viejo, el centro y gran parte de la ciudad, convocando a la gente a seguirlos bailando. Allí nacía «El Carro de la Alegría», un fenómeno que no tiene comparación con otro similar y que fue creciendo año a año. Así, la gente sabía que después de los brindis, desde el sur de la ciudad y hasta la plaza, llegaba el Carro con su música y convocaba a miles. La organización costosa, la falta de apoyo municipal y hasta intimaciones judiciales de SADAIC por los derechos musicales adeudados, hicieron que los organizadores del Carro de la Alegría desistieran de la salida, justo en el año que cumplían una década. Entonces surgió la duda, ¿A dónde irían los cientos y cientos de chicos, jóvenes, adultos, con deseos de divertirse en las fiestas?

 

Los boliches nunca habían tenido buenas respuestas (el calor, el espacio limitado y el cobro de entradas limitaba la idea de festejo popular), la última iniciativa exitosa había sido la apertura de La Barraca, también con polémicas en el medio por las habilitaciones y las oposiciones de los boliches. Se organizó una fiesta en el Autódromo, con escenario, seguridad, pantallas gigantes y barras. Pero la cantidad de público asistente no fue la esperada. Tal vez jugaron en contra lo alejado del lugar, la necesidad de un vehículo para transporte, tal vez faltó más difusión o bien influyó que el peligroso cruce en Ruta 14 y el consumo de alcohol que no se llevan bien. También es probable que la costumbre de la «fiesta popular», sin cobro de entrada, en el espacio público haya atentado contra una fiesta organizada y con controles, como ocurre en tantos lugares del país.

 

Lo popular, organizado
Seguramente este Año Nuevo volverán los festejos barriales, donde los vecinos ponen música, bailan en las calles y las plazas. La mayoría de la gente coincidía entonces en que las fiestas de Navidad y Año Nuevo debían realizarse al aire libre. Una fiesta popular, pero organizada. No librada al azar. Sin sanitarios, sin mínimas medidas de seguridad, sin respeto por el espacio del otro. La ciudad tiene lugares de sobra para organizar un evento de esta magnitud. El predio Multieventos, la Defensa Sur, la costanera, Banco Pelay. Fueron algunos de los nombres que se tiraron como opciones. Ya los tiempos no permitirán una organización de esta magnitud, algo que lamentablemente no logró preverse.