Juventud, divino tesoro

Juventud, divino tesoro Las mejores campañas del último torneo estuvieron lideradas por técnicos que apenas superan los 40 años. Una camada con un estilo más vistoso. Juventud, divino tesoro

Se toman los primeros seis equipos de la tabla de posiciones del torneo que terminó el fin de semana pasado. Se buscan las edades de los entrenadores de esos seis equipos. Se suman y se calcula el promedio. Es probable que el resultado desconcierte: 41 años. Es evidente que las mejores campañas son responsabilidad de los técnicos jóvenes. La nueva camada, parece, llegó con todo. Y como si fuera poco, esta banda sub 45 logra ser efectiva con una herramienta implacable: un juego más ambicioso y atractivo. El modelo Guardiola a escala.

Este repaso estadístico dice algo más: de esos seis entrenadores, tres son debutantes en el fútbol argentino: Marcelo Gallardo (River), Guillermo Barros Schelotto (Lanús) y Mauricio Pellegrino (Estudiantes), mientras que Jorge Almirón (Independiente) y Rodolfo Arruabarrena (Boca) transitan su segunda experiencia en el ámbito local. El más experimentado de la camada es Diego Cocca, el campeón: Racing es el sexto equipo que dirige. Pero apenas tiene 42 años.

El futuro llegó hace rato, y el gran responsable es el modelo Pep. No tener una marcada diferencia generacional con los jugadores y proponer un estilo de juego audaz son dos señas particulares que se impusieron. Los de River y Boca son los casos más notorios: los dos equipos con más presión y con menos margen para la improvisación contrataron a los entrenadores más jóvenes del fútbol argentino. Entre los veinte que terminaron el torneo pasado, Gallardo y Arruabarrena son los únicos que todavía no festejaron los 40.

De la otra punta de la soga está Miguel Angel Russo. Con 58 años, es el técnico de más edad entre los veinte que cerraron el torneo pasado. Recién llegado a Vélez después de una temporada pobre en Rosario Central, Russo relativiza las cuestiones que se desprenden del almanaque. “Los entrenadores van cumpliendo etapas y aparecen nuevas camadas, y es natural que eso ocurra. Pero los técnicos se ven con el paso del tiempo –dice–. No es una cuestión de edad, los entrenadores se hacen con experiencia”.
—¿No te resulta llamativo que los técnicos de River y de Boca sean los más jóvenes de Primera?
—Pero Gallardo es un referente en River, y Arruabarrena en Boca, y eso influye en el momento de elegirlos.
—También firmaron contratos más bajos que Ramón y que Bianchi, los técnicos anteriores.
—Es cierto, pero no creo que el factor económico sea determinante. Ramón Díaz y Bianchi son los técnicos más caros, comparados con ellos todos cobramos menos. Además, ser más joven no implica ser más barato. Si vieras los contratos de algunos entrenadores, te sorprenderías.

Que en el fútbol ya está todo inventado es un lugar común. Dentro de un mundo con pocas variantes, la nueva camada de entrenadores impone sus propios métodos. En principio, formaron cuerpos técnicos con ayudantes de campo que tienen un lugar cada vez más relevante. Sumaron psicólogos que trabajan en la fortaleza mental del plantel. Algunos hasta convocaron a especialistas en motivación. Y en lo estrictamente futbolístico, los técnicos más jóvenes prefieren que en los entrenamientos los jugadores trabajen más con la pelota que en la parte física.
Esta nueva camada de entrenadores jóvenes actualiza además otra vieja discusión que tiene que ver con la diferencia generacional. Algunos sostienen que si un técnico está más cerca de la edad de los jugadores también tiene más posibilidades de vincularse con los códigos y los lenguajes de los más jóvenes.

Para Russo, en cambio, los años que separan a un entrenador del plantel no son determinantes. “Parte de nuestro trabajo es adaptarnos a esos cambios. Nos tenemos que aggiornar, tenemos que trabajar más para llegarle al jugador, pero no es imposible”, dice.

En definitiva, todo es relativo. Las mejores campañas del torneo local fueron lideradas por técnicos jóvenes, eso es cierto. Pero rondar los 40, proponer un estilo de juego ofensivo y lucir descontracturado tampoco es garantía de nada. Edgardo Bauza, uno de los veteranos, está en Marruecos para disputar la final del Mundial de Clubes con San Lorenzo.

 

Viejos son los nuevos

Los equipos que lograron el ascenso rompen con la regla de técnicos jóvenes que impusieron los de Primera. Entre los nueve que la próxima temporada van a jugar en la máxima categoría no hay un parámetro que marque una tendencia.

Los dos entrenadores de menos edad entre los recién ascendidos son Rubén Forestello (San Martín de San Juan) y Gabriel Schürrer (Crucero del Norte), con 43 años. El podio de técnicos sub 45 lo completa Sergio Lippi, el DT de Sarmiento de Junín, con 44. Pero después se abre en un abanico por los cincuenta y pico y los sesenta y pico.

Ricardo Rezza, de Temperley, con 66 años y una exitosa trayectoria en el ascenso es el entrenador más veterano de los treinta que la próxima temporada va a tener la Primera.

Otro de los recién ascendidos que sube el promedio es Reinaldo Merlo. Con 64 años, Mostaza se hizo cargo de Colón, salió  primero en la zona A y lo ascendió. No hay entre los recién llegados un patrón comparable al de los que ya estaban en Primera.