Los fanáticos de la Academia llenaron el Cilindro y dan rienda suelta a una fiesta que esperó 13 años.
El estadio, la sede, los bares, hasta Avellaneda pareció quedar chica para los hinchas de Racing, que desbordaron la ciudad y sus accesos con el objetivo de sentirse protagonistas en una tarde que venían imaginando de fiesta, como hace trece años no ocurría.
Desde pasado el mediodía Avellaneda empezó a darle la bienvenida a los caminantes vestidos de celeste y blanco y autos enfundados en banderas, y a las 15 ingresar por la avenida 9 de Julio Sur ya resultaba complicado.
Hubo mucha actividad para los socios que primero fueron temprano a votar a la sede de la avenida Mitre al 900 para luego ir en camino, súbito pese al tiempo de sobra, para empezar a tomar ubicación en las tribunas del Juan Domingo Perón, o simplemente el Cilindro.
Los que madrugaron, pese a soportar el sol de la primera tarde, se aseguraon el lugar con comodidad.
Entre ellos un grupo se fue con las caras de Diego Milito. Otros que se demoraron hasta sufrieron quedar en medio de alguna corrida o habrán esquivado algún palazo de la policía cuando se desmadró la cosa al cerrarse los accesos a las populares.
A una hora y media del partido, el estadio estaba colmado y afuera había hinchas para llenar otro medio más.
Muchos se mantuvieron en las cercanías, o en el enorme playón, otros se quedaron por los bares de Avellaneda para seguir el partido, en tanto que más de 50 mil hinchas fueron privilegiados espectadores en un estadio colmado.
Fuente: DyN