El 19 de diciembre estrenan la comedia Una atracción fatal en el Teatro Roxy de Mar del Plata. Admiten que para una familia se hizo cuesta arriba ir al teatro por la situación económica, y sostienen que ninguna red social puede destronar el boca en boca. La actriz dice que no tuvo un exilio artístico en México y
En el fondo de la casa del director teatral Manuel González Gil, en el barrio de Palermo, se encuentra una especie de quincho enorme que tiene más aroma a textos que a asados. Ese espacio es utilizado como sala de ensayo de la obra Una atracción fatal, comedia escrita por Neil Simon, que protagonizarán Mónica Ayos, Raúl Taibo y Marcelo De Bellis en Teatro Roxy de Mar del Plata, a partir del 19 de diciembre. “Con el título te acordás de la hervidora de conejos de Glenn Closs, pero no tiene nada que ver con la película”, explica Ayos, nacida en Mar del Plata hace cuatro décadas, quien en el verano tendrá el reecuentro con su abuela Juanita, primas, sobrinos, tías y madrina. “Tenemos contrato hasta el 15 de marzo y la idea es hacer la segunda parte en Buenos Aires y salir de gira. Todo depende de cómo funcione”, agrega el ex actor de Malparida.
—Este año, los residentes en La Feliz tendrán el 50% de descuento en diciembre. ¿Qué expectativas tienen en una cartelera tan competitiva y con la actualidad económica del país?
AYOS: De unos años a esta parte, se hizo más cuesta arriba salir al teatro en plan familiar. Hay espectáculos muy buenos, bien variado, y sabemos que es difícil pero tenemos una obra completa y queremos que pase la magia de que nos vaya bien.
TAIBO: Es difícil porque es la Champions League, están todos los grosos, y nosotros vamos con nuestro equipo, con mucha confianza y fe. Es una cultura la del teatro, a los que les gusta, van igual, es único. ¿Qué precio tiene? Realmente, somos más baratos que en otros países como en Europa, Estados Unidos o México.
—Mónica, hace cuatro años que vivís en México. ¿Hay mucha diferencia en los precios?
A: Sí, muchísima. Rottemberg decía que si tenemos que tomar la inflación y comparar los precios del mundo, tendríamos que tener unas entradas a $ 400. Allá, en México, están aproximadamente a $ 350. Y es lógico lo que dice Carlos. Asimismo, somos agradecidos de la gente que siempre te va a ver, por el gasto que hace y más si después tiene que ir a comer. Creo que podemos andar muy bien.
—¿Creen que el boca en boca se reemplazó por las redes sociales o sigue siendo indestructible?
T: El boca en boca, el contacto personal, es el más eficiente. Es mucho más confiable. Por ejemplo, no tengo Twitter. Soy de una generación que tiene límites para tener relaciones. Tengo Facebook, que ya no lo utilizo, porque me agobia, no conozco a la gente que me agrega, y se supone que son amigos. Es algo atronador.
—El amor tiene sus partes negras, como en el texto de Simón. ¿Cuántas veces perdieron la cabeza por amor?
T: El enamoramiento es alocado, explosivo, son hormonas. No me paso de balcón a balcón como en la obra pero enamorado hice cualquier cosa, de todo, y después en frío no lo puedo creer. Después de un tiempo encontré mi pareja en Córdoba, y ella se volvió a España, donde vive, y al irse no lo dudé y me saqué un pasaje para visitarla. La pasamos increíble. Esos impulsos en donde no pensás son maravillosos. La verdad es que estamos muy bien, enamorados.
—¿Tuviste un exilio artístico?
A: No hubo exilio, traspasé la frontera sin quererlo. Mi marido era un actor de bajo perfil, contratado en Canal 9, y se fue a hacer Montecristo a México, y a raíz de eso me quedo sola con los chicos. Cuando me voy para allá, se emitió la versión argentina de Mujeres asesinas, aproveché esa movida, conocí al director y me ofreció hacer otro personaje. Y después no paré. A Diego acá no lo aprovecharon, no terminaron de captar el actor que es y no explotaron la vena de oro que tiene. Y allá Montecristo duró cincuenta capítulos más, y él está catalogado como buen actor y de los más guapos de la televisión.
“Mis amigas mueren por Raúl”
Mónica Ayos y Raúl Taibo trabajaron juntos en las ficciones Amor en custodia (2005) y Por amor a vos (2008).
—¿Tus hijos se adaptaron a vivir en México?
A: Sí. Apenas llegamos, Federico, de 22 años, se anotó en el CEA, que es el semillero de actores de allá, se recibió, hizo castings y quedó contratado por Televisa de manera exclusiva. Está haciendo Mi corazón es tuyo y está de novio desde hace un año con una actriz mexicana (Livia Brito) que protagoniza Muchacha italiana viene a casarse. Victoria tiene 10 y cuando llega de la escuela tiene la tonada muy mexicana, pero con el paso de las horas termina bien argenta. Con Diego le enseñamos los próceres de Argentina: San Martín y Belgrano, porque si no todo es sobre Zapata.
—Raúl, del ’91 a 2007 no hiciste cine. ¿Fue un género que te costó desarrollar en tu carrera?
T: No. Estaba haciendo mucha tele y teatro y no había propuestas que me entusiasmaran, siempre venían comedias típicas, que no quería. Y tampoco quería por lo económico, en la tele ganaba muchísimo más. Sí quiero curtir más el género, estar cerca de la gente del cine.
—¿Es más fácil seducir con canas?
A: Mis amigas mueren por él, y de diferentes generaciones. Lo quieren igual con el paso del tiempo, lo desean por su ser. Es un ser encantador.
T: ¿Vos decís que una de 30 me daría? (risas). Seducir es una acción, y hoy estoy enamorado, así que ya me retiré de esa actitud.