A River le alcanzó con el 1-1 ante Emelec para pasar a octavos de final, dos fechas antes en la previa del partido del domingo contra Boca por el torneo local. Mora, el gol del Millo.
Primer objetivo, logrado. A diferencia de lo ocurrido en las ediciones de 2015 y 2016, donde clasificó en la última fecha de la fase de grupos, River abrochó el pase a octavos de la Libertadores por anticipado. Muy por anticipado, con cuatro partidos jugados (son seis en total). Le alcanzó con el 1-1 ante Emelec en el Monumental para meterse entre los 16 mejores y, por si fuera poco, seguir como líder en el grupo 3 con diez puntos.
Pensando en el clásico ante Boca por el torneo local, Gallardo decidió meter ocho cambios, apelar a la rotación frente a los ecuatorianos. Lógicamente, el rendimiento del Millo no fue el mismo. Porque jugaron muchos que no son titulares, que no tienen tanta continuidad y que no tienen la misma confianza que los titulares, en buena sintonía en lo que va del semestre. Y eso se evidenció en cancha, con un equipo que presionó mucho, pero le costó en el trato del balón y, por consiguiente, generar situaciones. Ojo, la visita tampoco ofreció mucho. Despliegue pero poquito a la hora de enfocarse hacia el arco custodiado por Batalla.
Justo Batalla y Martínez Quarta fueron cómplices; macana para originaron el gol visitante en el segundo tiempo. Blooper, capturado por Preciado para el 1-0 parcial. Pero al toque, Auzqui se soltó por la izquierda, lo bajaron en el área grande y Mora -que sigue encendido- la metió de penal para la tranquilidad local y abrochar el pasaje a la siguiente fase.
El mismo Auzqui lo tuvo en la última para conseguir una victoria más, pero el travesaño se lo negó. River no se quedó con el triunfo, pero sí logró el objetivo. Súper clasificado en la Libertadores para meterse en el torneo local e ir a La Boca motivadísimo, el próximo domingo a partir de las 17.