Santa Cecilia, virgen y mártir La más célebre de las vírgenes y mártires romanas, nació en la capital del imperio, en la noble familia de los Cecilios. Desde muy niña consagró a Dios su virginidad. Obligada a casarse con Valeriano, joven pagano, lo persuadió de que la respetase y se hiciese cristiano. Luego catequizó y convirtió también a Tiburcio, hermano de Valeriano. Poco después el prefecto Almaquio ordenó matar a Cecilia, que fue decapitada en su propio palacio en el año 238. Ese palacio se convirtió, con el tiempo, en una de las iglesias más antiguas de Roma.
Santa Cecilia es honrada universalmente como patrona de la música, los músicos y los cantores. San Filemón Colosense, mártir Era un rico propietario de la ciudad de Colosas (Frigia); convertido al cristianismo por San Pablo en Efeso, hizo en poco tiempo grandes progresos en la virtud y su casa llegó a ser como la primera iglesia de Colosas. San Pablo le escribió una epístola (Carta a Filemón) en la que después de decirle que recibiera a su esclavo Onésimo, que había huido de casa, alaba su caridad y lo llama bienhechor y consolador de los santos. Se ignora la fecha de su muerte.