El equipo de Higuaín igualó 1 a 1 ante el Sassuolo que no había cosechado puntos. Roma se consolida en la punta. La Juve ganó, pero Tevez no marcó.
El débil Sassuolo dio la sorpresa de la jornada en la Liga italiana al empatar 1-1 ante el Nápoli en San Paolo, y cedió el liderazgo a la Roma, que no falló en su visita al estadio del Sampdoria, donde ganó 0-2 con incertidumbre.
El buen momento del Nápoles, de moda en Italia tras un inicio de curso espectacular, se vio frenado por un equipo que no había sumado ningún punto en las cuatro primeras fechas del torneo.
Benítez dio descanso a los españoles José Callejón y Raúl Albiol y nombres como los del ex del Getafe Fede Fernández aparecieron en la alineación. No le salió bien la jugada al técnico madrileño, que, aunque se adelantó pronto en el marcador con un gol de Blerim Dzemaili que respondió en el minuto veinte Simone Zaza con el tanto de la igualada, no pudo llevarse los tres puntos.
En la segunda parte, el Nápoles apenas creó ocasiones y, con Callejón en el campo en los últimos quince minutos, no pudo doblegar al club más débil de toda la categoría. Después de cuatro victorias, la escuadra napolitana cedió sus dos primeros puntos.
La Juventus se llevó los tres puntos del estadio del Chievo en un partido que tuvo que remontar tras el gol de Cyrill Théréau. Antonio Conte volvió a alinear a Fernando Llorente, que en esta ocasión no marcó. Lo hicieron Fabio Quagliarella y Alessandro Bernardini, ambos en la segunda parte, para dar la vuelta al marcador y dejar al Juventus en la tercera plaza provisional a la espera de lo que hagan mañana Fiorentina e Inter.
La Roma se aprovechó de esa situación. Antes del inicio de la jornada estaba empatado a puntos con el Nápoles en el primer puesto. Al finalizar la noche, gracias a su agónica victoria ante el Sampdoria, afianzó su liderato con pleno de puntos. Quince de quince gracias a un tanto de Mehdi Benatia en el minuto 65 cuando jugaban desde el 55 con un jugador menos por la expulsión de Rudi García y a otro de Gervinho al final, cuando el partido agonizaba.