Luego que la Policía comenzó a realizar operativos de control de motos en toda la provincia, desde el Gobierno se entusiasman con la reducción de robos, arrebatos y mayor ordenamiento.
Las colas en la Policía y Tránsito Municipal obliga a un trámite que, en algunos casos, lleva más de un mes de idas y vueltas. Es un cambio importante si se mantiene, porque supone mayor control sobre una buena porción del parque automotor, aunque quedan fuera de alcance los automóviles y vehículos de carga.
En este último caso, por ejemplo, se sabe que los móviles de la comuna local y ni qué hablar de los camiones utilizados para recolección de residuos, no tienen seguro y su condición no pasa de lamentable en la mayoría de los casos. Algo similar ocurre con los vehículos de carga, que no sólo no respetan las normas de circulación, sino que las centrales de transporte, por caso, mantienen sus depósitos en zonas complicadas de la ciudad.
En calle Galarza hay dos de esos depósitos. Uno de larguísima data, a la altura de Isaías Torres, que complica el tránsito en 9 de Julio y también en la propia Galarza. Pero el otro fue localizado más al centro todavía, en Galarza casi sobre Chacabuco y los móviles de esa empresa realizan la carga y descarga en horarios pico de tránsito, complicando la circulación sobre esa arteria, de por sí cargada y genera innumerables inconvenientes y riesgos.
Desafío del carnet
Los trámites para actualizar el registro de conducir se han complicado de tal manera que obligan a muchos volver en reiteradas oportunidades a Tránsito, previo paso por varios días de paciencia en la Policía por el certificado de conducta, donde están dando turno para más de una semana. En el municipio se agregan un par de semanas, entre papeleo, parodia de controles médicos y exámenes.
La cuestión, además de que los horarios de estos trámites coinciden con los de trabajo, que a su vez obliga pedir permiso en más de una oportunidad, es que no se entrega una constancia de licencia provisoria, por la sencilla razón que con ello se habilitaría un desmadre del área Tránsito, como ha ocurrido durante años con la venta de carnet.
Pagan entonces justos por pecadores y, lejos de mejorar el sistema para los contribuyentes, se obliga al ciudadano armarse de paciencia, cuando en la calle se encuentra con vehículos municipales, sin frenos, ni luces, ni seguro, ni paragolpes y estacionados en cualquier bocacalle o doble fila. «Consejos vendo…», diría la inefable Doña Rosa.