El actor ganador de un Oscar interpreta al famoso escapista húngaro en una nueva serie de televisión. Destaca los desafíos interpretativos y, sobre todo, los físicos.
A los 41 años, Adrien Brody, ganador del Oscar por El pianista en 2003, lo que lo convirtió en el actor más joven en recibir ese galardón, ex novio de la española Elsa Pataky, de quien se separó en 2009, y con nueva novia que presentó en Cannes, llamada Lara, aceptó pasar del cine a la televisión e interpretar al gran mago Houdini, el mundialmente famoso ilusionista y escapista húngaro, nacido bajo el nombre de Erik Weis. Sobre Houdini, la miniserie de dos horas que se verá en nuestro país a fines de octubre por History y A&E, dialogó con PERFIL y contó su experiencia sobre este, su gran protagónico.
La superproducción cautivó a más de 3,7 millones de espectadores en Estados Unidos. La historia esá basada en el libro Houdini. Una mente en cadenas, del psiquiatra Bernard Meyer. Narra la compleja vida del célebre ilusionista y revela sus trucos, su relación con los servicios secretos, sus amistades célebres y hasta su incesante caza de brujas contra los psíquicos, a raíz de la muerte de su madre.
—¿Cómo preparaste el complejo personaje de Houdini?
—Mi amor por Houdini comenzó a mis 6 años de edad. Mi interés por la magia empezó en una edad muy temprana y en alguna forma él me inspiró la idea de la actuación. Trato de seguir el curso de los personajes mientras estoy investigando el papel y voy transformándome en ellos. Houdini fue un gran desafío para profundizar. Además, hay un lado físico que necesita encajar y que requiere una tremenda disciplina. La clave para mí fue alinear lo que realmente yo podía hacer, para transmitir su propia naturaleza con eficacia.
—¿Llegaste a comprenderlo en su totalidad?
—Comprendí a Houdini en un nivel más profundo. Puedo asegurar que era profundamente imperfecto. El, un judío pobre durate el antisemitismo en Europa, debió superarse. Llegó a los EE.UU. y pasó a ser el más reverenciado ícono de la actuación. El representó para EE.UU. el epítome del sueño americano.
—¿Te inspiraste en algunas otras interpretaciones de Houdini para construir tu personaje?
—Recuerdo la película vieja de George Marshall, en la que Tony Curtis hacía de Houdini. Pero realmente no vi la interpretación de otros sobre Houdini para que no afectaran mi propia interpretación.
—¿Cuáles son los desafíos de interpretar a un personaje histórico?
—Para alguien que ha tenido tanto impacto en mi vida y que ha sido una inspiración para mí y para muchas otras personas, es una responsabilidad. Si voy a interpretar a alguien que dejó una marca en el mundo, porque es mi trabajo al final del día, debo representar “la imagen” de esa persona a una nueva generación. Por eso trabajo muy duro para no simplificar la vida del personaje. Más de cien años después, podés preguntarle casi a cualquiera en cualquier lado y sabrán decirte quién era Houdini.
Más allá de su historia, Adrien fantasea con la idea de lo que hubiese sido Harry Houdini en el siglo XXI y la era “boom” de las redes sociales. “Con su destreza marketinera y su arriesgada actitud, si él existiera hoy, habría sido más famoso que nunca”, resaltó el actor. “Habría sido una ‘sensación’ en internet. Tendría más seguidores que cualquiera y millones de imitadores (los cuales tiene)”, agregó.
—Houdini asumió riesgos y venció miedos en ese proceso. ¿Cuáles son tus miedos? ¿Pudiste vencer algunos al interpretar este papel?
—Todos tenemos obstáculos en la vida. Yo soy una persona relativamente introvertida, y la belleza de convertirse en actor es la que te permite tener un vehículo para salir de tus propios miedos, abordar tus inseguridades y dejarlas ir. He hecho un trabajo de una vida entera para enfrentar los miedos y dejarlos ir. Y cuando tengo la oportunidad de interpretar un personaje como éste, es un reconocimiento. Por el dolor que yo pasé, sé lo que él sintió. Pese a los mecanismos de seguridad que existen hoy en día, sentí las molestias y los riesgos que aparecen al hacer algunos de sus trucos. Estoy muy asombrado por él.
—¿Cuál fue la ilusión más desafiante que tuviste que hacer?
—Hubo muchas, pero la cámara de tortura de agua fue un gran reto. Fue el primer día que estuvimos en el estudio y tuve que realizar ese truco, que fue increíble, pero muy desafiante y riesgoso porque no había mucho margen para equivocarse. Obviamente, había una ruta de escape, pero la clave es aprender a controlar la respiración: estás en un una cámara muy angosta, un espacio muy reducido y con alta presión, sumergido, dado vuelta y atornillado. Ese fue el primer momento en que me di cuenta de que este personaje iba a ser muy difícil.
—¿Qué fue lo más sorprendente que aprendiste de Houdini?
—El dolor físico que tuve que soportar fue más grande de lo que yo imaginé. Estar maniatado por un lapso de tiempo determinado, con cadenas y candados, te provoca bastante dolor y deja moretones. Houdini pasaba horas y horas aprendiendo a manipular los dedos de sus pies, para agarrar los candados de sus pies y contonear su cuerpo. Tuve que practicar el truco de aguantar la respiración bajo el agua, y eso requiere muchos ejercicios de respiración, además de tener que soportar la sensación de claustrofobia.
*Gentileza Express News.