Yendo de la sartén al fuego

p2 12-10-14El cansancio vuelve amigable al contexto, al punto de anestesiar las reacciones de las sociedades más progresistas. La rana hierve en aceite mientras imperceptibles mutaciones le han marcado ya el futuro. Irremediablemente. Que una nación deba elegir entre el ejercicio periodístico y un medio o grupo de medios que históricamente hizo negocios con todos, consolida hoy una situación delicada.

En la ciudad, por ejemplo, los tradicionales socios de Clarín reproducen el mismo formato de la década de los años 70, hasta con idénticas tácticas de mercadeo. Iguales fuentes, clasificados y obituarios, mueven la Times New Roman de aquellos cuerpos de plomo, al Windows de la posmodernidad. Pero sus principales socios no logran marcar diferencia con los viejos amigos de aquellos años crueles. Todos sabemos que agotarán el ámbito de lo posible, jugando a dioses de pequeñez asegurada. Lamentablemente en su transcurso podrán llevarse varias vidas consigo, ya sea por la prosperidad de los nuevos negocios o la invariabilidad de las antiguas prácticas. De manera que, como una serpiente que se alimenta de su propia cola, no superarán un ciclo, en el tránsito de la historia cuyo bronce aspiran. 

 

En cuestiones domésticas, la suerte de Doña Rosa está echada. El Presupuesto provincial, por ejemplo, buscará sortear discusiones estériles a las puertas de una elección bisagra. Esa fantochada no dará cuenta de los problemas reales, que no son económicos, sino políticos. La abultada deuda de Entre Ríos con el Estado Nacional será disimulada en los próximos meses a través del Programa de Desendeudamiento que, paradójicamente, no desendeuda, sino que endeuda más. Ya está asegurada la refinanciación de ese pasivo, pero la verdad es que todo se convertirá en un presente griego para quien releve a las actuales autoridades. En el plano local no faltan inconvenientes, pese a que el intendente Schepens tiene en hacienda un mastín sentado sobre la caja. La estructura de ingresos comunales está seriamente resentida, un poco por la caída de la actividad económica y, además, por la ineficacia en los controles durante los años de bonanza. Encima, en las cercanías de Sergio Urribarri nadie quiere demorar la aprobación del instrumento con el cual negociar la deuda, más allá de principios de diciembre. Pero todos saben que Marcelo Bisogni, ocupando la estratégica comisión de Presupuesto y Hacienda, no desaprovechará la suerte con estos naipes, aún fuera del horizonte de su candidatura.

 

El bombo y el parche
Pese a que ningún dirigente se atrevería a inmovilizar bombos para Cristina y Urribarri, todos olfatean que ninguno de los dos estará en las próximas listas. Le reconocen al Gobernador su esfuerzo por mantener expectativas y no tienen inconvenientes en firmar declaraciones necesarias o fotos convenientes, pero si algo le sobra al peronismo en disputa, es instinto de conservación. Tanto es complejo el escenario que muchos recuerdan, por ejemplo, la cercanía de Néstor Kirchner y Jorge Busti y la facilidad con la que el tres veces gobernador podría desalojar a su candidato para ofrecerse como carta de triunfo a Sergio Massa. Con sus reflejos intactos, Busti salió a cruzar la posibilidad de que a Mauricio Macri le alcance para un balotaje con Daniel Scioli, predicho por el principal asesor de Marina Silva. La intervención muestra el aprovechamiento de la circunstancia, pero también habla de que algún cercano de su equipo ha desempolvado su vieja Remington y colocado a su jefe en el plano adecuado para la disputa que se aproxima.