Las especies del clima cálido ya dicen presente en el Río de la Plata, augurando una magnífica temporada. Fotos y Video.
Las especies del clima cálido ya dicen presente en el Río de la Plata, augurando una magníica temporada. Pescamos en distintas modalidades. Nota con video.
Por Wilmar Merino
Cuando el teniente de fragata Andrés de Oyarvide registró estas islas del norte rioplatense como piloto y cartógrafo de la Expedición Cevallos (1803 a 1805, durante el primer relevamiento formal del Río de la Plata), jamás imaginó que, años después, este enmarañado laberinto de bajíos y juncales que hoy lleva su nombre, sería considerado por los pescadores como “la patria de la tararira”.
Ubicadas en la estratégica confluencia de los ríos Paraná y Uruguay con el Río de la Plata, hacia las coordenadas geográficas 34°12’30”S 58°20’30”O, las islas de Oyarvide constituyen parte del llamado “frente de avance” del Delta del Paraná, formado por bancos e islas generados por el depósito de sedimentos en los procesos de acreción del Delta. Esta zona se encuentra bajo el dominio de las mareas eólicas y lunares. Precisamente hay que estar muy atentos a estos movimientos para sacarle provecho a la pesca deportiva en este ámbito, donde con aguas altas los peces se dispersan ganando los juncales y lagunas interiores de difícil acceso, y con la bajante se concentran en los canales que surcan como venas su irregular superficie.
Demasiado crecido
El día de nuestro relevamiento, las condiciones de navegación fueron óptimas, pero la contra era que el río estaba muy crecido. No obstante, con la guía de Mariano Bagini y la compañía de su hermano Pablo y de Charly Geier, partimos desde el Club Ciudad de San Isidro en forma directa al pesquero, al que llegamos tras casi una hora. El río alto favorecía el ingreso a los canales, pero supimos de entrada que encontrar las taruchas, en un día fresco y nublado, no sería fácil.
En los dos primeros sitios que testeamos –canchas de pesca con pequeños canales profundos y correntosos donde tentamos dorados, y con lagunas al margen de aguas calmas donde buscamos taruchas– no tuvimos resultados. Finalmente, la tercera fue la vencida. En una suerte de pequeño islote que se armaba en medio de uno de los canales, recostamos la embarcación –trucker de 8 m muy cómoda– y tiramos hacia ambas orillas.
Nota publicada en la edición 505 de Weekend, octubre de 2014. Si querés adquirir el ejemplar, llamá al tel.: (011) 4341-7820 / 0810-333-6720. Para suscribirte a la revista y recibirla sin cargo en tu domicilio, clickeá aquí.
03 de octubre de 2014