El músico compuso la banda de sonido del film animado El libro de la vida y prepara una comedia musical para Broadway. Critica que la industria del cine se centre en los cómics de superhéroes y asegura buscar nuevos desafíos.
Gustavo Santaolalla insiste, amable, para PERFIL: “Siempre es el día de mañana.” Suena extraño considerando la película para la que compuso música junto a la leyenda Paul Williams. El libro de la vida habla de la muerte como pocas películas de animación infantil lo han hecho: de forma divertida y traviesa, juguetona y memorable. No es tan extraño cuando se piensa que Guillermo del Toro, la mente monstrua maestra del nuevo milenio que aquí produce, y el director Jorge Gutiérrez, han soñado esta maravilla animada desde hace años”.
Santaolalla, dos veces Ganador del Oscar (por Babel y por Secreto en la montaña) y Victorinox musical (el año pasado compuso la música del hit gamer The Last of Us y es responsable de la banda de sonido de Relatos salvajes), sostiene que con El libro de la vida “es la primera vez que trabajo en una escala tan impresionante: trabajamos con noventa músicos para crear la vida musical del film que está ambientado en pleno corazón de México, y eso implica una formación muy grande. Además, hice la música utilizando parte de cosas que se vinculan con el lenguaje más tradicional de la música de animación. Y eso tuvo que ver con hacer un trabajo que me permitió soltarme en canciones, hacer algunos covers que suenan a música norteña (Creep de Radiohead, Just a Friend de Biz Markie o Rod Stewart o Elvis) y otras originales compuestas junto a Paul Williams.
—¿Cómo vivís el hecho de, en un mismo año, haber sacado un disco (“Camino”), estar en la película animada componiendo con Paul Williams, preparar con Del Toro un musical para Broadway y ser parte del éxito de “Relatos salvajes”?
—Es totalmente… no sé cómo explicarlo. Voy a tener que insistir otra vez: siempre es el día de mañana. Pero no lo niego: miro para atrás y veo que hay muchísimo hecho y muchos logros, muchos sueños cumplidos. Pero siempre estoy tratando de lograr cosas nuevas ahí donde siento que tengo que estar. Por ejemplo, estar con Paul Williams (autor de, entre miles, hits de los Carpenters o temas de los Muppets, o varios clásicos más) haciendo el musical El laberinto del fauno. Estás laburando con un tipo que tuviste como referente de chico y que ha compuesto cosas enormes. Y te llama y te habla por tu nombre. Las cosas maravillosas que Paul Williams me dice me hacen muy feliz.
—Siendo alguien que se ha acostumbrado a vivir en Hollywood y a codearse con nombres enormes, ¿siempre es difícil hacer películas personales y sentidas como “El libro de la vida”?
—El libro de la vida confirma muchas cosas en ese sentido: es para chicos y también para adultos. Hay mucho laburo en el diseño, en el arte. Guillermo del Toro peleó bastante para lograr este proyecto. El cine en general, el cine de Hollywood, está cada vez está más orientado a los cómics, a los superhéroes. Se cierra sobre sí mismo. No está pasando para mí un momento de gloria a nivel artístico y, por ende, cuando tocás un tema para niños que bordea la muerte, con cariño y amabilidad, aun así son conceptos raros para una película de animación.
—¿Cómo ves a la Argentina en este momento tan tenso en el panorama internacional y considerando que fue declarada en desacato esta misma semana? ¿Cómo se ve desde Estados Unidos esa situación?
—Se la ve en un momento difícil. Redíficil. Realmente falta ayuda y colaboración de países fuertes como Estados Unidos y otros que también están en esa línea y que poseen ese poder y que se abstienen de participar en un debate. Lo alucinante es que estando en un momento tan difícil se pueda continuar. Que se vaya llevando. Es un momento bravo pero el partido se está jugando.
—¿Te peleás mucho contra la caricatura que se ha creado respecto de la Argentina?
—Yo creo que hay distintas caricaturas de Argentina. La gente tiende a pensar que toda la gente va a Argentina de una manera. Pero no es así. Acá mismo, en Estados Unidos, y no teniendo el apoyo del gobierno de Estados Unidos, para mí es algo horrible, porque es una situación aberrante per se, una situación que sería aberrante para muchos países. No es solo un problema de Argentina. Pero, por ejemplo, de repente te sacan una nota en The New York Times donde le prenden fuego al juez Griesa, mal. Es decir: hay, creo, percepciones distintas. Obviamente los medios de comunicación y la cantidad que ves impresa acerca de algo termina haciendo que predomine una determinada idea. Pero lo cierto es que incluso aquí hay realmente opiniones diversas. Hay mucha gente que no sabe bien qué pasa y que aun así es escéptica respecto de las políticas internacionales de los organismos financieros o de países poderosos.
—Musicales, películas, discos, OK. Pero el año pasado hiciste la banda de sonido de “The Last of Us”, metiéndote en la industria del entretenimiento que más ganancias genera hoy.
—Lo que hice en The Last of Us es una cosa que se suma a esto que te digo de no quedarme en mi zona de confort. No me gusta sentirme en un lugar y listo. Trabajé como dos años antes de que saliera y los resultados son buenísimos: se viene The Last of Us 2 el año que viene y ahora estoy muy feliz con El libro de la vida. En todo arte me importa mucho, sea una pieza de música clásica, o una canción, el factor de entretenimiento. Eso es súper importante. Poder crear una cosa que te atrapa, te entretiene y produce un montón de cosas. Acá, en El libro de la vida, tuve la oportunidad, por ejemplo, de trabajar con Diego Luna o con Plácido Domingo. Me siento muy feliz con el resultado.
—“Relatos salvajes” será la nominada argentina al Oscar y “El libro de la vida” seguramente será nominada como película animada y por canción original (Williams es un experto en nominaciones al Oscar). ¿Te ves con doble nominación?
—Ehhhhh. Es mucho. Pero sí puedo decirte que está bueno estar ahí. Estar en proyectos buenos, sanos, con gente creativa. Que impliquen de alguna manera desafíos. Y que eso sea leído como algo a ser celebrado. Respecto de Relatos salvajes, me parece gracioso porque la película es sumamente argentina pero también sumamente global. Pienso que es un film al que le va a ir muy bien afuera de Argentina. Creo que la película y esa tensión nos tocan de cerca a los argentinos, nos han tocado situaciones límite. Son terrenos que el argentino conoce.