Su primera experiencia en el fútbol la hizo en un ignoto club español que en tres temporadas nunca superó el 14º puesto. Con la obtención de la Libertadores, se convirtió en uno de los dirigentes más importantes en la historia del club de Boedo.
Ni él mismo soñaba, cuando era chico, con este presente del club de sus amores campeón de América por primera vez en su historia. Y con él como protagonista, manejando el club como dirigente. Pero antes de llegar a este presente, Marcelo Tinelli también fracasó.
En el 98 el Cabezón hizo su primera experiencia como dirigente en el fútbol, comprando el Badajoz de la segunda división de España. El sueño era llegar a Primera. Para eso, llevó como entrenador a un ídolo del Ciclón: José Raúl Toti Iglesias. Además, contrató a dos jugadores brasileños y ocho argentinos: Alejandro Limia, David Bisconti, Alejandro Mancuso, Martín Romagnoli, Gustavo Giustozzi, Ezequiel Castillo, Mauricio López y los hermanos Fernando y Patricio D’Amico. Hasta sonaron los nombres de Claudio Caniggia, Jorge Burruchaga y la ilusión de Diego Maradona, de estrecha relación con el conductor (por ese entonces) de Videomatch.
Al frente del Badajoz, Tinelli logró que su equipo trascendiera las fronteras españolas y fuera conocido alrededor del mundo, sobre todo en Sudamérica. Consiguió como auspiciantes a Topper y Parmalat y logró en la temporada 98/99 la mayor cantidad de abonados en la historia del club: 5.600.
Sin embargo, en lo deportivo el equipo no funcionó y en la primera temporada terminó decimocuarto. La campaña siguiente, la 99-00, la situación no cambió y el equipo finalizó decimosexto. En 2001 el Badajoz repitió lo realizado en la primera temporada (14° puesto) y la experiencia terminó en fracaso luego de tres años. En octubre, Tinelli vendió todo su paquete accionario.
De a poco, el Cabezón fue metiendo mano en su querido San Lorenzo. Acercó grupos empresarios y hasta puso plata de su bolsillo para reforzar planteles, traer técnicos y dar una mano en lo social. En 2012 decidió involucrarse de lleno en la vida política del club.
Con un club en llamas y la caótica salida –renuncia mediante- de Carlos Abdo, la fórmula Matías Lammens – Tinelli se impuso en las elecciones legislativas anticipadas con más del 80 por ciento de los votos.
Lo urgente fue sacar a San Lorenzo de los últimos puestos del descenso. Bajo la dirección técnica de Ricardo Caruso Lombardi logró salvarse milagrosamente del descenso directo en la última fecha del Clausura 2012 y luego le ganó la Promoción a Instituto.
El siguiente paso fue poner los números en orden y soñar con la levantada. Para eso se trajo a Juan Antonio Pizzi, entrenador que presentó su renuncia tras un fracaso copero pero que recibió la banca de la dirigencia y logró sacarlo campeón en 2013.
En el plano dirigencial se logró que la Legislatura porteña aprobará la Ley de Restitución Histórica, que autorizó a San Lorenzo a comprar nuevamente los terrenos de Avenida La Plata, en el barrio de Boedo, donde nació el club. Además, en julio de 2012 el Ciclón sumó 5504 nuevos socios y, con la llegada al Vaticano de Francisco, el papa argentino y fanático del Ciclón, la cifra se amplió un año más tarde a 16.224.
Con la tarea cumplida, Pizzi se fue y llegó Edgardo Bauza. Un técnico copero para buscar la Libertadores tan soñada. Y el objetivo se logró.
Tras la consagración en el Nuevo Gasómetro, Tinelli se acordó de sus tiempos en Bolívar: “Yo nací en el año 60, el mismo año que perdimos la semifinal. Es el momento más importante en la historia de San Lorenzo. Nunca pensé en ganarla como dirigente”.