En plena promoción de su nuevo CD, Safari, los cantantes Ale Sergi y Juliana Gattas hablan de su vínculo musical con Bach y Satie, dicen que La Voz los federalizó más y juran que no pueden creer que en Argentina haya gente sin comida.
Con Safari, Miranda! acumula seis discos de estudio en poco más de 13 años de trayectoria, en una carrera que explotó en 2001 en tiempos en que Gustavo Cerati los señaló, y que finalmente el hit Don resultó ser el trampolín que los llevó a las grandes ligas del electropop. “A esta altura, no podemos decir: ‘Somos un grupos de amigos que nos juntamos a tocar’. Nos hacemos cargo. Suponemos que nuestra permanencia se mantiene con trabajo y música. Adoramos lo que hacemos y el reconocimiento te abre más el apetito de seguir progresando”, dicen Ale Sergi y Juliana Gattas, cantantes de la banda. El flamante disco de diez canciones –y las mismas reversionadas en formato acústico– marca una nueva etapa en el grupo tras la reciente partida del guitarrista Lolo Fuentes. Lolo dejó de tocar en los shows hace más de un año, y los fanáticos lo sabían. No fue un impacto para ellos. No venía nunca a los ensayos ni tampoco a los shows, así que tomamos una decisión y dijimos: ‘Anunciémoslo’. Ya está. El está grabando un disco y les deseamos lo mejor a todos”, explica Gattas.
—¿Cuánto de Gustavo Cerati tiene el ADN de Miranda!?
GATTAS: Nos marcó y alucinó mucho su forma de cantar, su voz de tremendo cantante, de ser un rockero impecable. Nosotros buscamos la misma excelencia en el canto y el sonido, como lo hacia él. Compartimos muchas salidas, noches, estábamos en el mismo ambiente. Se lo extraña mucho.
—¿Qué famoso artista de música clásica creen que tiene el sonido de la banda?
SERGI: El que combina más melodías es Bach. Cuando hicimos el disco Sin restricciones, uno de los productores era Edu Schmidt, quien tiene conocimiento de música clásica y nos dijo que las piezas de clave eran melodías que descendían de ahí, que le “busquemos una onda Bach”. También nos viene por Erik Satie.
—¿Son los Pimpinela del pop?
S: Los Pimpinela hacen pop. En nuestro ADN hay Cerati y hay Pimpinela; quizá no de manera consciente, surgía la teatralidad. Ahí hay una conexión de los Pimpinela.
—¡Y en la lírica!
S: ¡Sí! Hay mucho dramatismo. Joaquín tiene unas letras impresionantes y Lucía las interpreta de manera alucinante. Y hemos cantado con ellos, fueron gentiles y generosos. Joaquín se presentó con nosotros en La Trastienda en nuestro primer CD. Somos “pimpinelescos”.
—Charly, Gieco, Fito han tocado en actos oficiales, ¿cuál es su postura?
S: Una vez fuimos invitados por las Abuelas de Plaza de Mayo. Tocamos en municipios pero ni preguntamos de qué partido son o con quién están alineados. No nos interesa. La Voz nos abrió puertas para eventos populares, nos renovó público, nos federalizó un poquito más. Hoy nos presentamos en el mismo escenario con el Chaqueño Palavecino o con un grupo de cumbia.
Entre Guapas y Lanata
Ale Sergi (42) vivió una montaña rusa de amor con Andrea Rincón que se estiró casi llegado el invierno. “Estoy alone (solo)”, dice el cantante. Su compañera, madre de Juana (9), evita revelar su estado civil: “No sabe, no contesta”. “En medio del éxito fui madre –recuerda Gattas– y me ayudó en todos los aspectos de mi vida, de mi corazón y de mi alma, más responsable, más amorosa y más tranquila”.
Esta noche, Miranda! se presentará en el programa Periodismo para todos, de Jorge Lanata, ex compañero de Sergi y Gattas en la revista La rotativa del Maipo. “Nos sorprende su explosión, para nosotros es muy parecido a lo que hacía en el Maipo”, dice Gattas, fan de Guapas: “Si me pierdo capítulos, llamo a mi mamá o abuela para que me cuenten”. “Me encantó MasterChef –suma Sergi–, soy fan de Elba, la sigo en Instagram”.
—¿Les interesa la situación con los fondos buitre?
G: No sé mucho. Cuando hablan de cifras abismales me parece un delirio. No logro entenderlo.
S: Gente que piensa en ellos, que se aprovechan dejando a otros sin comida. Más en Argentina, que es un país rico, ¿por qué tenemos estos problemas? Alguien se la roba, viejo. Y eso me rompe mucho los huevos.