Vista al frente

Vista al frente A un mes del mundial, la baja de Ginóbili les dará todavía más responsabilidades a Scola, Nocioni y Prigioni, pero también obligará a que los jóvenes rompan el cascaron definitivamente. Vista al frente

Ante la baja forzada, dolorosa, indisimulable y cruel de Emanuel Ginóbili, la selección argentina enfrenta dos caminos: llorar por la pérdida de su figura y resignarse a participar de un Mundial con la única ambición de no pasar papelones o dar vuelta la página, renovar objetivos y enfocarse de lleno en sus propias fortalezas. Es duro asumir que el equipo disminuye considerablemente sus posibilidades a partir de esta novedad. Es duro para los compañeros desprenderse de un líder como Ginóbili, que absorbe presiones y lidera desde el ejemplo. Y también para el técnico Julio Lamas, que deberá arreglarse sin su as. Pero la realidad hay que enfrentarla.

El panorama. Argentina se presentará en Sevilla con un plantel muy parecido al del Mundial pasado, en Turquía. En aquel torneo tampoco estuvo Manu. Ni tampoco Andrés Nocioni. Pero sí participaron Carlos Delfino (la primera baja confirmada de este ciclo) y Fabricio Oberto (hoy retirado). Y el equipo, por entonces dirigido por Sergio Hernández, logró un celebrado quinto puesto con Luis Scola en el mejor momento de su carrera.
¿Se puede repetir ese logro? Posiblemente no. Porque pasaron cuatro años, porque los rivales crecieron y la transición interna recién se está encaminando. Por primera vez en muchísimo tiempo, la Selección deberá esforzarse a pleno para clasificarse a la siguiente instancia.

El grupo lo comparte con Puerto Rico (rival de peligro), Croacia (rival de peligro), Filipinas (accesible), Senegal (accesible) y Grecia (rival de peligro). De esos cinco partidos, deberá ganar al menos tres para acceder a un cruce que no sea imposible. Porque la suerte también jugó una mala pasada en eso, en la diagramación del fixture. En octavos, Argentina puede chocar con el local, España, Brasil, Serbia o Francia. Todos seleccionados de peligro y jerarquía.

Las fortalezas. ¿En qué argumentos puede apoyarse Lamas para sostener su ilusión de llegar a cuartos de final? En el propio Scola, históricamente determinante a pesar de su discreta temporada en Indiana. En Andrés Nocioni, figura absoluta en la ACB de España. En Facundo Campazzo, mejor proyecto argentino de la última década. En jugadores que están creciendo, como Marcos Delía, Selem Safar o Matías Bortolín. En la experiencia de Pablo Prigioni, quien posiblemente asuma la dirección absoluta del juego perimetral.

Hay margen para la ilusión. No es que Argentina pase a ser un equipo mediocre sin Ginóbili. Pierde mucho, pero tampoco todo. Si la situación política se consigue encaminar (algo en vías de solución, ya que la intervención estatal de la CABB es un hecho prácticamente consumado) y el grupo logra química entre jóvenes y veteranos, la chance de realizar un buen Mundial no es alocada. Lamas necesita convencer a sus jugadores de que se puede salir adelante. Porque la materia prima la tiene.

Y al fin y al cabo, es un proyecto más atractivo que eternizar el duelo…

 

Una derrota que no duele

El entrenador Sergio Hernández resumió muy bien la actuación de la Selección, este sábado, ante Brasil, en Río de Janeiro: “A veces, cuando ganás, perdés, y cuando perdés, ganás. Bien Argentina”. El equipo de Julio Lamas cayó ante el local por 68 a 59 pero dejó una excelente imagen, sin Luis Scola y frente a un rival muy superior en jerarquía individual. Una perspectiva optimista de cara al futuro inmediato.

Facundo Campazzo fue el goleador argentino con 17 puntos. El local, con cuatro NBA en el plantel, tuvo como figura a Tiago Splitter, quien marcó 15 tantos.

El siguiente paso de la Selección será el Tres Naciones en Tecnópolis, el próximo fin de semana (ante Brasil y México). El lunes 11 habrá un amistoso en Bahía Blanca (equipo del Mundial ante equipo del Sudamericano) y el jueves 14, ya con los 12 definidos, la delegación partirá rumbo a Europa para cerrar su preparación.