Con la partida del diez, Bianchi no solo se queda sin el idolo: Boca ganaba mas puntos con Roman en cancha que sin el.
Lo único que se necesita para un combate son dos contrincantes. Juan Román Riquelme decidió no pelear más con los dirigentes de Boca y terminó su historia como jugador con la camiseta que lo transformó en el máximo ídolo de su historia. La dirigencia, encabezada por Daniel Angelici, nunca dio el brazo a torcer en su intención de que el 10 no terminara su contrato en el club y para eso hizo todo lo posible para que el desenlace fuera triste para el hincha. ¿Qué pierde Boca, además de su emblema?
Números pro JR. Una de las principales armas de negociación de los dirigentes fue la poca continuidad que tuvo el enganche desde su retorno. Pero los números no mienten, y muestran que desde julio de 2010 Boca ganó el 56% de los puntos en los 87 partidos en los que estuvo en cancha. Cabe recordar que, tras la final de la Libertadores en la que Boca perdió con Corinthians, el enganche estuvo retirado por seis meses. En ese lapso se perdió los 19 partidos del Inicial 2012, el de la final de la Supercopa de ese mismo año ante Arsenal y los dos de la Sudamericana de ese mismo año ante Independiente.
Los mejores momentos. No quedan dudas de que en su última etapa en Boca el nivel más superlativo de JR fue durante la Libertadores 2012. Demostraciones como las que tuvo ante Unión Española, en octavos de final, y Universidad de Chile, en semis, fueron los puntos más altos de un equipo de Julio César Falcioni que estuvo a poco de darle la séptima estrella continental. Otro torneo que lo tuvo con un gran nivel fue el Apertura 2011, que Boca terminó ganando invicto. Sin embargo, la lesión en la planta del pie en la fecha 9 le impidió terminar el torneo y obligó al DT a pasar del 4-3-1-2 al 4-4-2 con el Pochi Chávez como su reemplazante. En el último torneo, en un equipo muy irregular que terminó siendo subcampeón de River, Riquelme fue el mejor por lejos.
El principio del fin. La cena del lunes entre el representante Daniel Bolotnicoff y Angelici fue el desencadenante de la decisión de Román de dar por terminada la negociación. En esa reunión, en la que los dirigentes se mostraron muy duros para con los pedidos del jugador y lejos estuvieron de acercar las partes, el presidente le aseguró al manager que el plantel estaba muy enojado con Riquelme porque no había hecho la pretemporada con el resto (y porque esto no era la primera vez que sucedía). Riquelme fue anoticiado y llamó al Cata Díaz, quien le desmintió todo. Esa fue la gota que rebasó un vaso que estaba lleno.
El jugador había perdido las ganas con varias actitudes de los dirigentes, quienes en todo momento le dejaron claro que no iba a salirse con la suya. Un ejemplo de que le quisieron marcar el territorio fue que, a la hora de armar el ya famoso contrato, había una cláusula que decía que “para que Riquelme cobrara premio por partido ganado debía jugar más de sesenta minutos”. Si a eso se le agrega que esperaron para negociar hasta que se le venciera el contrato, la decisión del jugador es mucho más entendible. Después de esa reunión, el dirigente César Martucci anunció algo que se terminó cumpliendo: “Ahora sí, parecería que se terminó la era de Juan Román Riquelme en Boca. El representante del jugador no aceptó nuestra propuesta”.
El futuro. El más tocado en el plantel por la ida de Román es Pablo Ledesma, quien perdió mucho sostén y es uno de los apuntados por la dirigencia. Caso contrario al de Agustín Orion, que por lógica se quedaría con el puesto de nuevo líder del vestuario más difícil del país. Otra cosa para destacar es que en el entorno de Riquelme piensan que Bianchi no se involucró tanto como podía para destrabar la situación. No están enojados, pero sí convencidos de que no jugó su papel.
Lo cierto es que ahora Gonzalo Castellani es el indicado por muchos para que ocupe el puesto de enganche. Sin embargo, Bianchi tendría pensado jugar con un 4-4-2, con el ex Godoy Cruz y Federico Carrizo por los costados.