Hay casi 26 mil agentes sólo en Río. Dispersaron a unos 300 manifestantes antiCopa.
Casi 26.000 oficiales de las fuerzas de seguridad de Brasil trabajaron sólo en Río de Janeiro para la final del Mundial entre Alemania y Argentina, en lo que es ya el mayor operativo de su historia, según afirmó el secretario de Seguridad Pública de Rio.
“Tenemos a partir de hoy la operación más grande de seguridad que la ciudad, el país, haya visto jamás”, subrayó el secretario José Mariano Beltrame durante una conferencia de prensa en el Centro Integrado de Mando y Control (CICC) de Rio.
Según detallaron fuentes oficiales de ese país, 25.787 hombres serán movilizados, entre los cuales 14.984 son policías militares, 9.300 soldados, 800 policías de élite y 1.600 agentes privados de la FIFA, que están el interior del Maracaná.
El funcionario explicó que el plan de contingencia responde “a la preocupación por garantizar la seguridad de la ciudad, de los turistas y de los jefes de Estado que estarán presentes en la final”. Entre ellos, y además de la presidenta Dilma Rousseff, están su par ruso, Vladimir Putin, y la canciller alemana Angela Merkel.
Para evitar las peleas o cualquier incidente violento, los bares de las inmediaciones del Maracaná no venden alcohol desde dos horas antes del partido y la FIFA, por su parte, retrasará la venta de bebidas alcohólicas en el estadio.
Protestas. Los efectivos dispersaron con gases lacrimógenos y bombas de estruendo a unos 300 manifestantes antiCopa que intentaban acercarse al Maracaná. Muchos de ellos partieron y unos 100 permanecieron cerca del lugar.
Los manifestantes llevaban pancartas que leían “Liberen a los presos” y “Protesta no es crimen”, en referencia a los 19 activistas arrestados el sábado y acusados de vandalismo en otras protestas en Rio de Janeiro. Otras decían “Fuck FIFA”, o “Llámame Neymar y cuida mi salud”. Los manifestantes piden más inversiones en salud, educación y transporte, en vez de en estadios.