El Vaticano descartó que los dos pontífices vean juntos la transmisión.
La final entre Argentina y Alemania en el Mundial de Brasil 2014 podría llamarse “la final de los dos papas”, por la nacionalidad del actual sumo pontífice, el argentino Papa Francisco, y el “papa emérito”, el alemán Benedicto XVI.
Pero el tan mentado encuentro no será tal: el argentino probablemente verá el partido en el Vaticano, pero a solas, y es poco probable que el alemán haga lo propio.
“El partido será a las 21 (hora de Italia, en Argentina será a las 16) y como el Papa Francisco se suele acostar sobre las 22H00, podría querer ver la final pero no tengo información al respecto a tres días del evento”, explicó Federico Lombardi, vocero del Vaticano.
Pero es poco probable que Jorge Mario Bergoglio, fanático futbolero e hincha confeso de San Lorenzo, invite a Joseph Ratzinger, que además de tener 87 años es un teólogo intelectual poco aficionado al deporte. “Podemos descartar de manera categórica que tenga ganas de ver el partido”, dijo una fuente del Vaticano a la agencia AFP.
“No es santo de su devoción, no es un aficionado del fútbol. Sería como someterle a una penitencia obligarle a estar, a sus 87 años, delante de una pantalla durante 90 minutos viendo la final, ya que nunca ha visto un partido entero en su vida”, agregó la misma fuente.
Cuando era papa, Benedicto XVI se mantenía al corriente de los principales partidos y podía hacer algún comentario pero no es ni un conocedor ni un aficionado, a pesar de que el Bayern de Múnich alemán es uno de los clubes más prestigiosos del mundo y el más importante de Baviera, la región natal de Ratzinger. Francisco, en cambio, sigue siendo socio de San Lorenzo y pagando su cuota mensual.